El fracaso número 1 del maquillaje

12 1 0
                                    

Melanie me ayudó con el maquillaje, colocó un poco de brillo labial en mis labios, rubor sobre mis mejillas de un tono suave y un poco mascara para pestañas. Yo quería más que solo esto pero ella dijo que sería suficiente, algo casual y que para la noche del juego de Adam, Rossy y ella me maquillaran un poco más que esto..

Me vi en el espejo y no me miraba tan diferente, aunque mi cara se veía un poco más “despierta” — ¿Crees que sea suficiente? —le pregunto a Melanie.

Ella asiente. —Será sutil pero hará que Adam se la pase pensando todo el rato en ti, se preguntará por qué te ves diferente.

—Eso espero —le digo mientras espero cerca del casillero de él, fingiendo que solo pasaba con Mel por aquí.

Eventualmente lo veo, está caminando con algunos chicos como siempre y cuando me ve, levanta la mano y acelera el paso para saludarme. — ¡Ey, Karlie! —Saluda y se detiene, entorna los ojos y toma mi cara entre sus manos—. ¿Qué rayos te pasó?

Miro a Melanie y ninguna de las dos sabe que quiere decir, ¿Esta es la reacción que estaba esperando? Yo creo que no. —Um, ¿De qué hablas?

Adam acerca su rostro y mi respiración se corta abruptamente. Sus ojos verdes examinándome, sus labios a pocos centímetros de distancia. — ¿Por qué tienes la frente así?

Oh. —Eh, tuve un accidente —explico—. Alguien en la clase de educación física me golpeó con un balón.

Adam se aparta. — ¿De verdad? ¿Estás bien? Incluso tienes la cara algo roja

¡Es el rubor!

Me cubro las mejillas avergonzada —Solo es el calor.

Melanie aclara su garganta. —Eh, Adam, Karlie está bien.

Él niega. —Deberías verte eso, mejor falta al club hoy y ve a casa.

Bufo. —No, estoy bien —río nerviosa, viendo hacia abajo—. Entonces, eso es lo que estabas viendo.

—Me preocupé —admite negando—. Pero, ¿estas segura que estas bien?

No, no lo estoy. Me puse maquillaje para ti y lo único que puedes ver es mi frente enrojecida y luego dices que mi cara está roja cuando Melanie usó un tono coral muy sutil. —De maravilla.

Adam mira hacia atrás, donde están sus amigos. —Bien, tengo que irme pero, si necesitas algo…

—Lo sé —toco su brazo—. Gracias Adam.

Adam estira su mano y me da unas palmadas suave en la cabeza, con cuidado y cariño, pero parecidas a las que le darías a un perrito. Cuando Adam se aleja yo tomo a Melanie y camino en dirección contraria.

—Oye Karlie… —Melanie empieza.

Niego con una sonrisa falsa. —Está bien, no importa —ruedo los ojos—. Hombres y su falta de atención, no importa.

Melanie me mira entristecida. — ¿Vas al club?

—Sí —miro al lado contrario— tú vas para allá, ¿no?

Ella asiente y me da un abrazo rápido. —Te quiero —sonríe—. Eres muy bonita, Karlie, ¿Qué importa si un tonto niño deportista no puede verlo?

—Oye —le doy un empujoncito—. Ese tonto niño deportista también es mi amigo.

Melanie ríe un poco y se aleja luego de avisarme que me escribirá más tarde. Me doy la vuelta y camino con los hombros caídos, los labios pegajosos por el brillo labial y el corazón pateado una vez más por Adam.

No lo hace con mala intención, él no lo sabe. Recuerdo que Bobby me preguntó si ya le había dicho a él lo que sentía, también su consejo de decírselo. Suena como un gran plan excepto que sería muy incómodo siendo él mi vecino, hermano de Brad y Trevor que se llevan muy bien con mi familia y el hijo de los mejores amigos de mis padres.

EL CHICO MENOS PROBABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora