𝐍𝐎 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄.
❛ No confío en ex-policías. ❜
❛ Eso es estúpido, y siento ser yo quién te lo
recuerde, pero eres uno.❜
e𝒏 𝒅𝒐́𝒏𝒅𝒆 ─ lo último que brian
habría imaginado era encontrarse
a su ex-c...
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Brian no tenía idea alguna de lo mucho que una persona puede integrarse en una familia en un poco conteo de tiempo hasta que Dominic abrió la puerta de su garage frente a él y la vista de lo que parecía un precioso auto nuevo lo deslumbró.
—Vaya... —soltó un suspiro lleno de sorpresa.
—Mi papá y yo lo construimos —murmuró con un deje triste—. Novecientos caballos de fuerza. Es una fiera. ¿Sabes cuánto logró hacer?
—¿Cuánto hizo?
Toretto resopló, caminando alrededor del auto, mirándolo embelesado: —Cuarto de milla. Nueve segundos.
Brian lo miró con admiración y ladeó la cabeza: —Cielos.
Y cuando Toretto le explicó que su padre era quién lo había conducido, la mandíbula de Brian quiso caerse al piso.
—¿Qué tiempo haces tú? —preguntó sin apartar la mirada del auto.
Dom se encogió de hombros: —Jamás lo he conducido.
El rubio enseguida volteó, incrédulo.
—¿Por qué no?
Dominic aparto la mirada, avergonzado.
—Porque le tengo pánico.
Brian lo observó fijamente, sin mencionar nada. Sin mostrar un deje confuso o algo que pudiera hacerlo sentir mal, a pesar de lo confundido que lo había dejado. Simplemente se mostraba expectante.
—Dom...
—Ese es mi papá —señaló una foto lejana, en la pared—. Estaba ganando prestigio en el circuito profesional. La última carrera de la temporada...
Y el rubio cerró los ojos durante un par de segundos, sin inmutarse ante la verdadera razón del historial de Toretto.
—Recuerdo haberlo escuchado gritar... —guardó silencio— pero la gente que estaba ahí dijo que murió antes de que el tanque explotara —Brian se acercó, y lo tomó por el hombro, en un gesto silencioso—. Dijeron que era yo el que gritaba.
Cuando la peor parte del relato salió de sus labios, afirmando que era efectivamente, cómo el registro policial lo marcaba, soltó un suspiro. Dominic había golpeado a aquel piloto. Marcando su vida para siempre, y aún así, Brian sintió que el castigo que lo perseguiría toda su vida en su reputación, no se lo merecía.
—Vivo la vida a un cuarto de milla a la vez, nada más importa. Ni hipotecas, ni el negocio, ni mi equipo, ni sus tonterías —suspiró—. Por esos diez segundos, o menos, soy libre.
El rubio se levantó sin decir nada, pero a la vez todo, con su mirada hacia él, siguiendo a Dominic que salía.
—Mi intención no es hacerte sentir lástima —murmuró una vez que estaban frente a sus autos—. Sé que saldrás con ella esta noche. —cambio de tema, haciéndolo sonreír.
