𝖎𝖝.❝ᵀʳᵃᵗᵒ❞

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—¿𝕼-Qué? —parecía no haber escuchado bien.

O solo estaba indispuesta a procesar lo que acababa de escuchar.

—Como escucho Lucía. Proporcióneme información confidencial de Ecomoda —pronuncio con tanta tranquilidad mientras regresaba su atención a mover con el tenedor su ensalada, como si le estuviera contando la historia de aquel cuadro que colgaba en la pared cercana.

Solo pudo contemplarlo.

Su tranquilidad, la facilidad con la que salían esas palabras de sus finos labios, le revolvían el estómago.

—Se que esto le puede padecer una broma de muy mal gusto.

—Lo es —bufo, porque rogaba que lo fuera.

—Pero no lo es Lucía. Desearía que así lo fuera ... pero las circunstancias me han obligado a recurrir a usted, porque que la necesito para llevar a cabo este plan.

—¿P-Plan? ¿U-Usted cree que es un plan filtrarle i-información de E-Ecomoda? ... —trato de controlar el tono airado de su voz, pero al ver que la camarera que estaba detrás de la barra los miraba disimuladamente, paro de protestar.

—Por favor, permítame explicarle. Comprendo que lo que le estoy proponiendo no puede ni si quiera llamarse como un "plan" y que tampoco es un buen momento el que le saque esto a colación, más en la situación familiar en que se encuentra ... pero no he encontrado la oportunidad para explicarle y si lo aplazo a más, dudo hacerlo en otra ocasión. Así que ahora es necesario que me escuche, porque considero que es una situación que nos puede beneficiar a los dos en un futuro—los señalo a ambos mientras tomaba un largo suspiro —. Solo déjeme explicarle ... por favor, Lucía.

No le quedo más que asentir, porque algo que había aprendido de Daniel Valencia, es que era la viva definición de la obstinación. A parte la puerta de la cafetería estaba muy lejos de su asiento.

—Se que esto le estará sonando ridículo y que no encuentra sentido a la enredadera de mis palabras, pero todo esto tiene un buen motivo y ese es Armando Mendoza —revelo, como si aquel nombre le costara declararlo, aunque no le sorprendió.

Porque era una realidad y una vergüenza que Lucía pudo observar en su mirada llena de intranquilidad.

—Antes que él tomara el lugar de presidencia en Ecomoda, existió una votación: era él contra mí. No hace falta explicar quién gano. Y si debo serle honesto, muy en el fondo de mí sabía que ... él ganaría ¿Por qué? Ni yo lo sé, supongo que mi intuición o que Mendoza no se limita en usar sus medios para salirse con la suya hasta las últimas consecuencias. Es un descarado, pero bastante astuto, sin embargo, entendí que fue mi culpa que él este en la posición que se encuentra el día de hoy, porque yo quise jugar limpio —hablo y parecía serle extraño, como si pronunciar aquel monologo interno en voz alta, fuera la confirmación y no solo una idea.

𝕽𝖊𝖉𝖊𝖓𝖈𝖎ó𝖓 ┃𝒟.𝒱.Where stories live. Discover now