La serpiente de los Weasley (Draco Malfoy)

Cap. 21

Elizabeth se levantó y alisto temprano ya que hoy tenía que regresar a Hogwarts, Lucius había insistido en que el la acompañaría, se aparecerían en la estación de tren en Hogwarts donde los hermanos de la pelirroja la estarían esperando.

Al terminar de alistarse, se aseguró de guardar lo que quedaba en la maleta y dejar la habitación como antes.

Salió de la habitación y fue a desayunar con los Malfoy como cada mañana...

—¿Ya estás lista?— Le pregunto con una sonrisa Narcisa al verla sentarse

—Si...— Murmuró la pequeña

—Espero que te haya gustado tu estadía — dice Lucius

—Claro que si... Se los agradezco mucho— respondió

Siguieron desayunando, lo raro era que ni la pelirroja ni el rubio hablaron mucho...

Al terminar todos se levantaron y fueron al recibidor de la mansión donde ya estaba el baúl y la mochila de la pequeña ya que su lechuza Venus se había quedado con sus hermanos...

Narcisa se acercó a la pelirroja y le dio un abrazo, algo que dejó sin palabras a la menor

—Gracias por acompañar a Draco estas vacaciones, espero que muy pronto nos volvamos a ver — Dijo la mayor al separarse

—Yo también lo espero Señora Narcisa, gracias por tratarme tan bien — Le sonrió la pelirroja

—Solo Cissy, querida — Sonrió con calidez

Elizabeth asintió con una sonrisa sincera

Narcisa se alejó unos pasos y ahora fue Draco quien se acercó

—Nos vemos en el colegio —fue lo único que dijo el rubio

Por lo que la pelirroja con una ligera sonrisa asintió

—No esperes un abrazo de mi parte —se burló la pecosa asiendo reír al rubio

—De mi parte tampoco — murmuró alejándose con una sonrisa

Por último Lucius se acercó a ella y estiró su brazo, Elizabeth poso con cuidado su mano en el y en un abrir y cerrar de ojos sintió como todo su mundo daba vueltas antes de aparecer en la estación donde ya estaba su equipaje

Esta vez no callo al suelo pero si quedo con un mal sabor en la boca del mareo que tuvo

—Bueno señorita Weasley, fue un gusto tenerla en mi humilde casa —sonrió el mayor

—Gracias por recibirme... — Murmuró la pequeña

Y con una última sonrisa el señor volvió a desaparecer

Elizabeth al darse la vuelta noto que dos pelirrojos muy parecidos se acercaban a ella.

Sonrió y corrió a ellos hasta abrazarlos

—¿Tan mal te trataron?— Preguntó uno revolviendo le el cabello

La pequeña río y negó separándose

—¿Que no puedo abrazarlos?—pregunto con una sonrisa

—Mientras no despeines nuestro cabello —Contestaron al unísono por lo que ella rió

Ambos gemelos le ayudaron con su equipaje mientras los tres volvían al castillo

…

Elizabeth Weasley

Las semana paso tranquila, la pasé en compañia de mis hermanos hasta que las clases volvieron a la normalidad y todos volvieron con alguna que otra advertencias de sus padres con tener mucho cuidado por los recientes petrificados en la escuela