Cap.69

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Elizabeth Weasley

Al oscurecer, ya tenía la cena lista. No era muy fan de la cocina pero siempre me gustaron las pociones, así que como las recetas se parecían, era muy fácil para mí cocinar.

Cuando Bill abrió la puerta apreté los labios al verlo. Traía el cabello revuelto, toda la ropa estaba llena de tierra y bañado de algún líquido viscoso al igual que la cara y las manos.

Definitivamente necesitaba una ducha...

—Lo sé — Dice con cara malhumorada al ver mi expresión

Sonreí un poco y afirme con la cabeza

Bill paso a mi lado haciéndome confirmar por el olor, qué era la baba que llevaba encima, y fue directo al baño

Me reí un poco al tan solo imaginar lo que le pasó con los dragones.

Me hubiera gustado estar presente...

Acomode la mesa mientras Bill se bañaba y lo espere. Luego de unos minutos salió corriendo del baño ya limpio para sentarse en la mesa

—¡Ahora sí!— Exclamó empezando a comer — El Ridgeback Noruego dio tremenda pelea, aún es un cachorro...

—¿Por eso terminaste salido de una película de terror?— lo mire con una sonrisa

—Si, Norberto...es muy... rebelde — dijo atragantado de comida— Pero necesitábamos los exámenes...

Sonreí levemente y también comencé a comer.

—¿Esta enfermo?— Pregunte mirándolo

—No, solo son exámenes generales... pero no le gustan en lo más mínimo — Dice rodando los ojos

Afirme levemente con la cabeza y seguimos comiendo mientras me contaba más acontecimientos, casi siempre me mantuve en silencio, me gustaba escucharlo hablar sobre su día.

Además, no tenía mucho que decir....

Al terminar ambos recogimos la mesa y nos fuimos a nuestras habitaciones.

Me acosté en la cama lista para dormir, y espere caer en un sueño profundo

Di muchas vueltas en la cama intentando convencerme de que era por ser mi primera noche en otro lugar

Cuando fue la media noche mire al techo suspirando cuando me termine rindiendo con esa idea

Era una estupidez.

Algo más me robaba el sueño y lo había hecho durante algunas noches atras

Eran mis propios pensamientos los que no me dejaban en paz, y el enojo, la tristeza, la culpa y el mucho estrés eran los que no abandonaban mi corazón...

Era una combinación asquerosa y muy deprimente, y lo peor de todo es que no podía hablar de eso con nadie.

Después de la noche tan larga, cuando el día volvía a dar comienzo. Me levanté de la cama y fui directo a bañarme, luego salí ya aseada y note que Bill ya estaba listo y preparando el desayuno

—Buenos días, pecosa — Saluda tomando de su café

—Buenos días — Saludé igualmente cuando me fui a sentar para comer

—¿Dormiste bien?— Pregunta mirándome

—Si...— mentí

No quería que se preocupará.

Me miro por unos segundos antes de asentir con al cabeza.

—Charly dice que puedes ir a veterinaria o al laboratorio — Dice después de unos minutos — Puedes ayudar y pasar el tiempo

La serpiente de los Weasley (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora