Capitolo 7

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And I tore the fear from my bones
                        Alps - Novo amor
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Me quedé mirando durante una hora la pared de mi cuarto. Sin pensar, sin reaccionar absolutamente nada.

No me podía creer que dentro de 9 meses, si salía todo bien, no seré hija única, seré la hermana mayor de esa pequeña criatura.

Me armé de valor, y llamé a mi madre. No era lo que más me apetecía. Pero al fin y al cabo ella es la mujer que me ha tenido. Y aún que no hubiese interactuado casi nada con ella durante los años, tengo su pequeño hueco en mi corazón.

-Hola mamá.

- Buenos días hija, creo que papá ya te lo ha contado. No sé si es lo que te esperabas, porque yo tampoco me lo esperaba.

- ¿Que quieres decir con eso? ¿No es planeado?- pregunté confundida.

- Más o menos. Queríamos tener otro hijo, pero no ahora mismo.

- ¿Y cuando los tendríais? ¿Cuándo tenga yo treinta años? O cuando yo me independice y así estaréis únicamente con el bebé sin echarme cuenta, como todos estos años.- dije con una mezcla de ironía y enfadado.

- No seas estúpida hija.

Mantengo unos minutos de silencio por las palabras de mi madre, para volver a hablar antes de cortar la llamada.

- Felicidades, supongo.

No era lo que yo me esperaba de la conversación, tenía pensando en darle la enhorabuena y hablar con ella de la noticia. Pero se me fue de las manos.

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Me vestí con lo primero que vi en el armario, unos baqueros y una banda negra. Cogí mi bicicleta y me fui con ella a una cafetería, que siempre que voy no hay nadie.

Como era de autoservicio, fui a la barra y le pedí un café con hielo y un cruasán de jamón York y queso. La chica tardó en reaccionar y cuando terminé de pagar, me pidió si podíamos hacernos una foto. Yo amablemente dije que si.

- Adoro a tu madre, ¿puedes decirle que me mande un saludo? Te paso mi insta y me lo mandas estas tarde ¿si?

Que maja.

Asentí con cara de pocos amigos y me senté en una de las mesas del fondo. Poco después un chico alto y rubio se acerco a mi mesa, y sin pedir permiso se sentó a mi lado.

Los minutos pasaban, y cada vez estaba siendo más incómodo. El chico no dejaba de mirarme de arriba a bajo. Sin darme cuenta posicionó su mano en mi muslo, haciéndome saltar del susto.

- Qué  haces - le dije seria. Siguió apretándome el muslo con mucha más fuerza.- me estás haciendo daño.

- ¿No te han dicho ya que eres muy guapa?- me dijo susurrándome al odio, llevándose una mano a un mechón de mi pelo.

- Si, me lo digo yo cada vez que me veo en el espejo, no hace falta que nadie me lo diga, y menos tú.

Me miró con rabia y con placer. Fue subiendo la mano que tenía en el muslo hasta el cuello, recorriendo cada parte de mi cuerpo con gran fuerza.

- Para. Por favor - murmullé mientras mi corazón latía acelerado, fuerte y agitado. Me sentía débil en ese mismo momento.

Cerré los ojos y dejé de sentir sus manos en mi cuerpo, seguido de un ruido, como si alguien le hubiese apartado con un puñetazo.

- No te vuelvas a acercar a ella, gilipollas- le gritó Pedri. Cogió mis brazos con delicadeza y me ayudó a levantarme, ya que yo no reaccionaba, y me llevó fuera del local.

Me abrió la puerta del copiloto y me ayudó a subir, ya que uno de sus brazos sostenía mi hombro. Cogió mi bicicleta y la metió en el maletero rápidamente, para luego subirse al coche y arrancarlo.

Él conducía serio y preocupado, ya que yo no dejaba de sollozar, mi corazón seguía latiendo con gran velocidad, y respiraba con gran fuerza.

Paró el coche justo en frente de mi casa. Me miró preocupado sin saber que hacer. Cogió mis dos manos y las llevó a su corazón.

- Gia, respira cariño- me dijo con delicadeza mientras me miraba, yo subí la cabeza lentamente y nuestros ojos chocaron. Ayudándome a volver a la normalidad. A respirar sin dolor, a sentirme refugiada.

- Lo estas haciendo muy bien Gia, sigue así. Concéntrate en tu respiración y deja que ella deshaga los nudos de tu cuerpo y de tu mente.

Poco a poco fui recuperando la respiración y mi corazón ya latía con normalidad. Nos quedamos unos segundos en silencio, yo mirando hacía el frente y él mirando mi perfil.

Giré mi cabeza encontrándome con sus ojos, le agradecí con una leve sonrisa. Los dos salimos del coche, él cogió mi bici del maletero y me la llevó hasta la puerta de mi casa.

- Gracias, pedri.- sonrió con una pequeña linea en sus labios.

- Si te pasa cualquier otra cosa, llámame ¿vale?

Asentí. Saqué las llaves de mi bolso, abrí la puerta y antes de pasar por ella, le di un pequeño abrazo.

Nos quedamos un rato así, mientras rodeaba mis brazos por su abdomen, y los suyos acariciando mi pelo.

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Hola holaaa
Ha sido la primera vez que Gia tiene un ataque de ansiedad ¿creéis que será la única ?

Espero que os haya gustado este capítulo, y si a vosotr@s os pasa, no olvidéis en pedir ayuda. ❤️

Besos <3

𝑨𝑵𝑪𝑯𝑶𝑹 - 𝗽𝗲𝗱𝗿𝗶 𝗴𝗼𝗻𝘇𝗮𝗹𝗲𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora