La respiración de Yibo se trabó por una fracción de segundo al igual que los latidos frenéticos de su corazón. ¿Había escuchado bien?.
— ¿A... mí? — su voz se quebró y se señaló con el dedo índice, mirando a Xiao Zhan, quien se había alejado de él un poco para darle espacio. El chico le sonrió y asintió suavemente.
— Nadaba de regreso a casa cuando vi tu barco, me dio mucha curiosidad y decidí acercarme un poco. Te vi tras la gran rueda que orienta al barco, la cosa más hermosa que había visto en mi vida, estabas de pie ahí, mirando el mar y el cielo, con una gran sonrisa.
¿Eso era una declaración de amor?, Yibo no sabía cómo funcionaba el amor para las sirenas y los tritones, pero sus mejillas se calentaron al escuchar de la melodiosa voz de Xiao Zhan que era la cosa más hermosa que el tritón había visto jamás. Carraspeó ligeramente antes de soltar una risita nerviosa.
— Xiao Zhan yo no soy una ofrenda, no puedo sólo... entregarme a cambio de algo.
Yibo no creyó que el tritón pudiese verse más triste que ahora, sus ojos se habían marchitado completamente y la sonrisa en su rostro había decaído.
— Si no me dejarás estar a tu lado, entonces no puedo llevarte a El Perla Negra, no podría soportar que me abandonases luego de haberte guiado.
El pecho de Yibo se contrajo de nueva cuenta. ¿Qué era éste extraño sentimiento?, se apresuró a buscar una solución, una salida.
— No, no te abandonaré. Me salvaste la vida y me guiarías al tesoro más grande que hay en el mundo, no puedo dejarte botado luego de eso, pero tampoco puedo entregarme como un objeto.
Las cejas de Xiao Zhan se fruncieron, pero un brillo fugaz recorrió sus ojos.
— Entonces... — Yibo se apresuró a interrumpirle.
— Te dejaré quedarte en el barco, a mí lado.
Estaba siendo impulsivo y para nada razonable, pero de pronto la idiota sonrisa de Dylan cuando está con Xian en la cubierta invadió su mente. Había sido un flechazo instantáneo y ahora Dylan lucía como el jodido hombre más feliz sobre la tierra, ¿Y qué si eso del amor a primera vista existía?, Xiao Zhan ya había confesado que se sentía atraído a él, y Yibo no podía negar que había algo en el tritón que le hacía latir el corazón con ferocidad.
— ¿Contigo? — él asintió — ¿Para siempre, Yibo?
Se sorprendió cuando se escuchó a sí mismo afirmar a la pregunta de Xiao Zhan, pero sonrió cuando al chico le regresó el brillo en los ojos y la amplia sonrisa que había desaparecido momentos antes.
La puerta sonó, espantándolos a ambos y haciendo que pegasen un salto. Yibo dio el pase, un Xian con los rizos revueltos y enmarañados entró al cuarto y tras él venía Hong.
— Yibo, me dijeron que despertaste — Hong se sentó en la orilla de la cama y le dio una mirada de reojo a Xiao Zhan, quien se movió para fundirse al lado del castaño, mirando a los recién llegados — Y veo que alguien necesita unos pantalones. ¿Vas a estar dispuesto a ponértelos ahora, Xiao Zhan?
El tritón se sorprendió al ser llamado por su nombre por el humano desconocido, pero se separó de Yibo ligeramente antes de asentir.
— Las mantas han ayudado con la sensibilidad que recorría mi piel, creo que estoy listo para esas cosas que llamas pantalones.
La risilla de Xian resonó por la habitación y le extendió una mano a Xiao Zhan. La idea de Dylan había sido el mandar a Xian con Xiao Zhan, pues como el príncipe era pequeño y delgado, quizá haría sentir más confianza al tritón y así se despegaría de Yibo.
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𝑬𝒍 𝑷𝒆𝒓𝒍𝒂 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒂 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]
FanfictionA mediados del siglo XVII, la necesidad y la carencia gobernaban sobre los lujos. Mientras los pueblos se dividían entre personas de la realeza y pueblerinos, algunos otros hombres optaban por la vida de mares y lujos robados. Wang Yibo y Dylan Wang...