Capítulo 12

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Se acercó a mí completamente desnuda, me quitó la toalla y me besó desesperadamente mientras nuestros sexos se frotaban. Con una mano hice a un lado los platos y ella me ayudó a sentarme sobre la mesa, abrí las piernas sólo lo necesario para dejarla entrar y después enrollé mis piernas en su cintura, aprisionándola para lograr un mejor roce mientras ella se movía en mi interior. Le supliqué por más con mi voz distorsionada, ella sonreía satisfecha de escuchar eso e incrementaba los movimientos, tenía una de sus manos en mi cuello y la otra en mi muslo que apretaba ligeramente, yo hice la cabeza hacia atrás por la intensa excitación que sentía, mis manos estaban sobre su pecho, subiendo y bajando, acariciando sus pezones. Hice mi cabeza hacia adelante y ella me besó con ansias, moviendo su lengua sobre la mía de manera intensa, los movimientos de su cadera aumentaron más y ella rompió el beso, un gruñido escapó de su boca mientras terminaba dentro de mí ocasionando que yo también llegara al clímax literalmente maullando. Volvió a besarme sin salirse de mí y después recargó su cabeza en mi hombro tratando de recobrar la conciencia al igual que yo.

Se separó y sentí un enorme vacío en mi interior cuando su amigo salió de mí, podría tenerla por toda la noche dentro. Se metió al baño y entonces yo tomé mi sostén y me lo puse, al igual que mi vestido.

- ¿Qué haces? - la escuché decir y me sobresalté.

Billie: Vistiéndome.- Dije con un tono de voz como si no fuera evidente.

- Aún no terminamos o, ¿ya te tienes que ir?-

Billie: No, es sólo que... bueno, entre las reglas y tu actitud, no sé cuando esto se acaba.

- Cuando veas que yo me vista esa es la señal - dijo fríamente.

Yo debía estarme volviendo loca, esa frialdad, esa indiferencia, esas extrañas reglas, lejos de hacer que saliera corriendo de ahí me plantaban en esa habitación, como un árbol echando raíces. Ella ejercía un extraño embrujo en mí, estaba volviéndome adicta, esa era la palabra correcta para describir lo que sentía, nunca antes había experimentado esa sensación, tomaba alcohol en fiestas, pero nunca he sentido la necesidad de consumirlo sin sentido, el cigarro lo había probado sólo una vez y no me gustó. Pero, verla ahí, parada frente a mí, mirándome como si me estuviera analizando me hacía desearla, necesitarla y sentirla dentro de mí y eso debía sentir un alcohólico cuando tenía una botella enfrente.

Acortó la distancia que nos separaba, con la punta de su lengua lamió mis labios mientras sus dedos desabrochaban el par de botones que había logrado abrochar de mi vestido, lo abrió y colocó sus manos en mi cintura atrayéndome hacia su cuerpo en tanto introducía su lengua en mi boca y frotaba la mía. Mis manos rodearon su cuello y se lo acariciaron, sentí como desabrochaba mi sostén acariciando de paso la piel de mi espalda, me separé un poco mientras ella me dejaba completamente desnuda de nuevo, sin dejar de besarnos, empezó a caminar dirigiéndome hacia la cama, cuando la sentí con la parte trasera de mis piernas me senté. Ella fue por otro condón mientras yo me subía y me acostaba.

Ella se tumbó en mí y lamió mis senos alternadamente, en tanto su mano acariciaba mi cadera, yo acariciaba su cabello, ella continuó besándome hasta mi cuello, al que le dio ligeras mordidas. La hice darse la vuelta y yo fui ahora la que quedó encima de ella, la besé y lamí el cuello tomando el condón de su mano, me hinqué sobre sus piernas y le coloqué el condón deslizando las yemas de mis dedos en su erección, ella jadeo y acto seguido me senté sobre su miembro y comencé a moverme en círculos colocando mis manos sobre su abdomen apoyándome. Ella gimió más fuerte.

Oh sí, así - exclamó con la voz entre cortada.

Billie: ¿Te gusta? - pregunté con un hilo de voz.

- Sí, sigue, no te detengas - suplicó.

Seguí moviéndome lentamente, tratando de prolongar la excitación, puse mis manos entre mis cabellos ahora moviéndome suavemente arriba y abajo sintiendo sus dedos apretar mis caderas y me detuve. Con un ágil movimiento, ella hizo que me acostara y me embistió con fuerza, entrando y saliendo de mí cuerpo haciéndome gritar mientras nos mirábamos fijamente rozando sus labios con los míos, sentía su aliento que, aunado a sus movimientos, me estaba volviendo loca. Incrementó la velocidad y yo la abracé con mis piernas por sus caderas, sentí que llegaba al orgasmo mientras ella embestía por última vez y colapsaba en mi cuerpo.

– Eres fantástica– susurro en mi oído

Bilie: Y tú eres única – respondí aun con la voz distorsionada.

Voten ⭐

Aquí otro capítulo en unas horas les subo dos más.

Besos.

-A

Eres Mi Tentación | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora