Al día siguiente, llegué muy temprano a la oficina, ni siquiera había llegado Natalia y eso que siempre es la primera. Encendí el ordenador y revise mi correo había uno marcado como importante, en el que me recordaba que a las 4 debía entregar las fotos para el folleto de un nuevo perfume de Armani.
Billie: Genial!
Exclamé en voz alta, yo con las hormonas hasta el cielo y encima tenía que pasar al menos eligiendo fotos sensuales y a la vez sutiles.
Tenía otros asuntos pendientes a los que les di prioridad. A la una salí a almorzar con Natalia que me estuvo platicando, emocionada, que estaba preparando la fiesta del cumpleaños número tres de la pequeña Mariana, justo una conversación como está era la que necesitaba, algo completamente inocente que mitigara mis bajas pasiones que seguro aumentarian a la hora de estar escogiendo las fotos para el dichoso folleto.
Al regresar, me encerré en mi oficina y me dispuse a hacer el trabajo que había estado postergando toda la mañana, después de revisar miles de fotos para elegir las diez que aparecerían se me ocurrió una birllante idea. Cómo el lugar donde las llevaría estaba un poco alejado, le diré a mi jefe que ya no regresaría y llamaría a aquella extraña para volver a encontrarnos, no podía demorar un día más, me urgía volver sus manos recorriendo mi cuerpo, sus besos en mi boca y si olor embriagante.
Eran las 5:15 cuando salí del edificio donde lleve las fotos, no entendí como es que me citaron a las 4 y me hicieron esperar 45 minutos para recibirlas. En cuanto estuve en la calle saqué el móvil y a toda prisa busque su número y lo marque, escuché el primer repique y mi corazón se aceleró al 100%.
– Hola –
Escuché decir a esa voz suave que me alteraba.
Billie:Estás libre esta noche?
Dije, pero, está vez con un tono sensual, tentandola.
– Si, te veo en el mismo lugar a las ocho, ¿Te parece? –
Billie:¿No podría ser más temprano? ¿A las 6:30?
Estaba necesitada y se lo hacía saber.
– Lo siento, me es imposible esa hora. –
Billie:Vale, entonces a las ocho.
No me quedo de otra que aceptar.
– A las ocho, en el lobby, cerca de los elevadores.–
Y volvío a colgar primero, sin darme tiempo a decirle algo más, en ese minuto me arrepentí de haber mostrado mi urgencia, seguro ella tiene una vida y trabajo, al menos, yo tendría tiempo suficiente para ir mejor arreglada esta vez. Le hice la parada a un taxi y le indique el domicilio de mi departamento.
Al llegar, me dirigí al armario y saqué un vestido rojo, de tirantes delgados cruzados de la parte de atrás y que me llegaba a la mitad de los muslos, era atrevido y por eso no lo había estrenado, pero para está ocasión era perfecto. Abrí el cajón de ropa interior y por más que revolvi, no encontré prendas lo suficientemente sensuales, mire el reloj y faltaban quince minutos para las seis, asi que tenia tiempo de sobra y me dirigí a una tienda de ropa interior que quedaba a diez minutos de mi departamento.
Mientras caminaba pensaba que estaba completamente loca, como era posible que estuviera yendo intencionalmente a comprar ropa, solo para intentar impresionar a una completa desconosida que seguramente conocía miles de modelitos de todos colores y formas. Suspiré un tanto desilusionada, no había podido dejar de pensar en ella desde que la conocí y para ella solo era una más en su lista. Entre a la tienda sacudiendo mi cabeza para borrar esos pensamientos, lo mejor era concentrarme solo en la diversión.
..... (Estaré poniendo puntos para cuándo pacen horas o minutos después)
Me mire al espejo y casi no me reconocí, me había recogido el cabello y me había maquillada más de lo contumbre, con un intenso rojo carmesí en los labios y cubierta por aquel vestido que llevaba años guardado en el armario, en definitiva estaba muy alegada de la perfecta Billie, de la chica que todos conocían y algunos hasta admiraban "nadie es perfecto" me dije mirándome fijamente. Vi el reloj y eran justo 7:30, tome mi abrigo, me lo puse y lo cerre por completo, no iba a salir vestida asi a la calle y que todos me vieran.
Tardo en pasar un taxi libre y a las ocho en punto estaba cruzando la puerta del hotel, esperando y deseando que no me reconociera la recepcionista, pero, al voltear discretamente, me di cuenta que era una chica diferente a la de la otra ocasión. Camine hasta los elevadores y no había señales de ella. Empezó a hacer respiraciones para tratar de calmarme, temia que el corazón se me saliera de un momento a otro por las intensas palpitaciones que sentía en el pecho. Volteé cuando sentí una intensa mirada que hizo que mi cuerpo se tensara ¿Cómo podía tener ese efecto en mi?.
– Buenas noches –
Dijo mirándome de pies a cabeza.
Billie:Buenas noches –
Respondí perdiendome en ese ojos verdes hermosos.
Ella me sonrío divertida, quizá por la experiencion de mi rostro, apretó el botón del ascensor y entramos, yo me pare al fondo mientras ella presionaba el botón del piso 15 de nuevo, ya no podía aguantar las ganas de besarla y acariciarla y estaba a punto de lanzarme sobre ella cuando hablo y me hizo notar algo que había pasado desapercibido.
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Eres Mi Tentación | Billie Eilish
Fiksi Penggemar"La vida es un equilibrio" Amber nunca pensó sentirse así con alguna clienta. Para Billie todo eso era un nuevo mundo. Parejas, juegos, familia, engaños, negocios y encuentros inesperados. Empezó con un simple encuentro. ¿Terminara en algo más? Des...