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La cuarta Guerra Shinobi. Puede ser la guerra que menos haya durado de las demás. Pero es la más catastrófica que se haya librado. Simplemente habían dos bandos. Humanos y Dioses. Un Dios contra los humanos. Dos humanos alcanzaron la divinidad. Pero su poder no era ni siquiera lo suficiente para hacer temblar a un Dios.

Mucho menos contra su creadora. La madre de todo había renacido y estaba lista para recuperar lo suyo de una vez por todo.

Un ninja que perdió todo y otro que no quiere perder nada. Dos hermanos, uno que está en la oscuridad mientras el otro es la luz.

"Sabes... Esto podría ser mucho peor"-Sonrió la luz. Estaba lleno de moretones y lucía bastante agotado.

"¿Cómo?"-Preguntó la oscuridad tomando un breve descanso. Alzó su vista mirando el cielo deforme sobre ellos.- "¿Cuánto tiempo hemos estado luchando?"-Le pregunto mientras se limpiaba un poco de sudor de su mentón. Volvió a ponerse de pie.

"Creo que ya es nuestra tercera semana"-Murmuró para el mismo. Su ropa estaba hecha un desastre. Incluso peor que el de la oscuridad.- "Seria mas dificil si no nos tuviéramos el uno con el otro"-Dijo con una sonrisa brillante. Solamente manchada con algo de sangre seca que estaba por su frente.

"No entiendo cómo puedes sonreír en nuestra situación actual"-Le dijo con su rostro inexpresivo.- "Evitamos que todos mueran en los capullos. Pero si la derrotamos lo volverá a hacer y esta vez nadie la podrá detener"-Contó mientras cerraba su ojo. El agotamiento lo estaba golpeando de sobremanera.

"Lo sé, lo sé muy bien. Pero mientras más tiempo pasemos luchando. Más se está adaptando a su poder. Dudo que podamos derrotar en este punto"-Dijo la luz con sinceridad. Observaba a través de una rendija la salida. Su chakra apenas era perceptible, un simple Enge los estaba cubriendo. Pero posiblemente ya no era efectivo.

"¿Alguna idea?"-La oscuridad le pregunto mientras tomaba posición de loto.

"Tengo algunas. Pero dudo que sean efectivas. El ataque que le hicimos a Madara en conjunto podría dañarla. Pero no debilitarla"-Dijo mientras se recostaba un poco.- "Podríamos usar tu ojo para lanzarla a otro lugar. Como ella lo ha estado haciendo hasta ahora"-Dijo con un encogimiento de hombros.

"Viste lo que sucedió en las demás dimensiones. Muchas bajas innecesarias para ayudarnos. Simplemente si lo hacemos volverá a nosotros"-Dijo con un solemne suspiro.

"Lo sé... Pero y si no nos vamos de esa dimensión?"-Dijo pensando en una nueva forma de derrotarlo.

"Sabes que cambiar de lugar es más complejo... Nuestros cuerpos se tienen que adaptar a las reglas del mundo al que viajemos. Si vamos a uno con una fuente de energía similar a la nuestra, será nuestro fin y el fin de aquellos que habiten en ese lugar"-Contó la oscuridad siendo la parte lógica de ambos.

"Te entiendo... Pero si no es así? Podría usar el Shiki Fujin"- Dijo con un encogimiento de hombros la luz.

"¿Entregarle el alma a la muerte?"-Preguntó con una ceja levantada.- "Ese te mataría, ¿Recuerdas?"-Le preguntó como si estuviera loco.

"Lo sé, Kurama ya me ha mostrado los sellos de mano. Por alguna razón la muerte le encanta a los Uzumakis, creo que ellos lo veneraban en el pasado y hacían cosas por ellas"-Dijo mientras se frotaba la cabeza un poco. Su familia era extraña.

"Igual, tenemos que encontrar otra alternativa"-Dijo mientras cerraba los ojos inconscientemente.

El cabello de la luz brillo como el mismo sol. Alumbrando a la oscuridad. Este tomo a su hermano y lo apartó del lugar. Ambos estaban flotando lejos del sitió.

Dominio en casa de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora