II

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Entonces un obstáculo se interpuso entre él y su ascenso. Una persona, una chica, un Nekoshuo. Sus ojos avellana lo miraban con admiración, su cola oscura se balanceaba con anhelo. Entonces subió su mirada hacia su hermano, el cual se sintió incómodo ante su mirada.

Parecía que este era un vago intento de enmendar lo de ayer.

"Lucifer-Sama, ¿Puedo preguntar quien es ella?"-Preguntó con tranquilidad. Mirando de reojo al Yokai.

"Ayer se le entregaron sus piezas malvadas a Ria-Tan y como no te encontre por ningun lado, su entrega fue tardía"-Se excusó el hombre, una sonrisa nerviosa se estaba abriendo paso al ver los ojos de su hermano menor, uno de que claramente no le estaba creyendo ni una palabra.-"Además de eso, encontré a una excelente compañera para que puedas iniciar tu nobleza"-Dijo rápidamente, empujando más cerca a la chica hacia su hermano menor, el cual lo seguía mirando directamente.

"Gracias"-Contestó finalmente, tomando el tablero de ajedrez, observo la pieza de Rey un momento.- "Estaré en mi habitación, si necesitas algo sabes donde encontrarme"-Le dijo mientras daba media vuelta, dejando a su hermano en el pasillo.

La nekomata siguió a su nuevo Rey.

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"Tu hermana estará bajo el cuidado de la casa Gremory el tiempo que sea necesario, pero a juzgar a mi hermana, puedo suponer que la reclutara en un futuro"-Explicó el chico, finalmente habiendo establecido un vínculo con su obispo.

"Shirone no será un esclavo-Nya"-Finalmente Kuroka miraba con rendijas a su Rey, pero este simplemente la miró con calma. Como si no fuera alguna amenaza.

"No tengo nada que decir sobre eso, pero sé perfectamente que Shirone estará bajo cuidado. No tendrás que preocuparte por su seguridad, si volverá a comer o si volverán a despertar para ver el amanecer."-Habló con calma, cualquier otro, hubiera tomado la amenaza personal. Pero en este punto, ya no le afectan las palabras. Eran carentes de toda hostilidad.- "Escúchame atentamente, si planeas traicionarme y escapar. Ahorrame el dolor de cabeza y dimelo ahora para evitame asesinar a otro descarriado tan rápido"-Murmuró, lo suficientemente algo para que la amenaza fuera escuchada. Sus ojos violetas desprendían el poder de la destrucción de su familia, pero esta era diferente, los colores invertidos. El oscuro dominaba en su mayoría, dejando un poco del rastro rojo del que era conocido.

La chico tuvo un pequeño escalofrío al escuchar sus palabras, era impresionante como un niño que le sacaba casi cuatro años le provocara tal temor. Pero eso simplemente hizo que su opinión sobre él se fortaleciera.

Bajo la cabeza de forma sumisa, Naruto finalmente dejó que su magia retrocediera. Soltó un suspiro, dio media vuelta para dirigirse a su escritorio. Kuroka parecía estar confundida, había recibido sus piezas malvadas, pero simplemente la reencarno y fue a su escritorio.

"Eto, Naruto-Sama"-Llamó a su Rey, el cual hizo un sonido de que la estaba escuchando.- "¿No iras a buscar el resto de tu nobleza?"-Preguntó la chica, acercándose a su escritorio.

"No confío en nadie. Posiblemente los que llegue a reencarnar intentarán ir tras mi cabeza"-Habló con indiferencia, mientras apuntaba algo en su libreta.

Kuroka frunció el ceño, va a ser difícil a partir de ahora.

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Apenas pasó un año, el noveno cumpleaños de los gemelos Gremor, mientras una se destacaba por su poder de la destrucción, el otro permanecía en el olvido. Solamente aumentando la desconfianza ante los demás. Sirzechs apenas tuvo algún acercamiento notable desde el año pasable. Solamente la única persona que aun recordaba su presencia era la sirvienta y esposa de su hermano.

Dominio en casa de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora