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"Tu té es verdaderamente exquisito, Ravel"-Habló con una sonrisa, tomando de la taza que le fue colocada. Esta era una de las reuniones que habían acordado ambos, fuera de sus casas. Necesitaban conocerse, un día serían pareja. Lo mejor era conocer a la persona con la que te unirías lo antes posible.

"Es bueno saberlo"-Fue la contestación de la chica, rizos amarillos y un par de azules, si tuviera la apariencia de su vida pasada. Posiblemente ella podría pasar como su hermana menor.

Pero las circunstancias eran diferentes. Tal vez en otra vida lo sería.

Actualmente tenía la edad de quince años. Por lo tanto, Ravel tenía trece. La próxima semana iniciaría la escuela en el mundo humano junto a su hermana.

"Cuando tenga la edad suficiente, estudiaré en la academia de Kuoh, para ese entonces serás mi senpai"- Dijo la chica con una pequeña sonrisa. Era algo acordado por sus familias, pero Naruto hizo el intento para que no fuera tan forzado. Era conocido por todo el inframundo. Actualmente estaban debatiendo quién de los dos hermanos era más fuerte.

Ella misma tenía cierta curiosidad. Pero no comentó nada al respecto, Naruto algún día sería el Maou Lucifer, pero antes de eso, disfrutaría de su vida como un Gremory.

"Será divertido. Para ese entonces estarás con la torre de mi hermana, ella misma empezará las clases en dos años"-Habló con una pequeña sonrisa, La ahora Koneko aparenta odiarlo, lo culpa por la deserción de su hermana, es mejor así. Que el tenga la culpa y lo odie a él, mejor el que Kuroka. Hace dos meses que se reencontró con su alfil. Fue un encuentro bastante refrescante.

Pero aún no era el momento de que se reunieron, hay cosas que hacer antes de que su Alfin finalmente vuelva a su familia.

"Por cierto, tengo planeado unir a Kunou a mi familia. Claro, después de que aceptes ser mi alfil"-Dijo con una sonrisa.- "Anteriormente, tenía planeado hacer a Kunou mi segunda alfil, pero tu tienes más poder mágico que ella. Kunou sería más diversa, pudiendo ascender a torre y Reina siempre que le plazca. Pero tú te estás especializando en el poder de tu familia. Después de eso tengo que hablar con Kaguya para tener una paz con los caídos. Pero a palabras de Azazel, hay caídos que no siguen sus órdenes y posiblemente estén peleando un golpe de estado. Eso libraría un alboroto en el inframundo y posiblemente haya una nueva guerra."-Habló con el ceño fruncido, una cosa estaba llevando a la otra. Tenía que cuidar sus movimientos a partir de ahora, hacerlos más sutiles. No quería que su vida terminase tan pronto.

Repentinamente fue rodeado por unos delgados y pequeños brazos, tuvo que sonreír ante eso. Tenía que seguir disfrutando de su vida mientras pueda. La guerra puede esperar.

-

"Es bueno tenerte en mi familia, Ku"-Habló con una sonrisa en su rostro. La chica mitad Kitsune le sonrió, sus caninos eran más evidentes. Kunou era su peón. Ella un año menor que él, tan solo por meses. Pero irá el siguiente año a la academia. Junto con el caballero de su hermana. Kyoto era un lugar pacifico, no había ancianos que ordenaban a los demás tener que procrear. Solamente Kaguya ordenaba. No había voz más alta que la de ella. Eso era refrescante y algo aterrador.

"Así que finalmente decidiste reunir a tus piezas"-Una nueva voz llegó, exactamente como la había visto la primera vez. La elegancia con la que caminaba era digna de una Diosa. La Diosa conejo había llegado. Pero su rostro era más tranquilo. Como si una gran carga se le hubiera retirado de sus hombros.

"Tengo que tener a personas de confianza a mi lado. Después de todo, si quiero cambiar al mundo, tengo que empezar por mis personas preciosas"-Habló con una sonrisa, mirando a Kunou descansar. La reencarnación puede ser agotadora para los recién acuñados.

Dominio en casa de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora