Kaz

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Kaz había tenido pocas certezas en su vida. Su mundo había cambiado muchas veces desde ser un hijo de granjeros, pasando a ser un "comerciante", como se les había hecho creer, hasta llegar a lo que es hoy.

Kaz tenía muchos nombres, "manos sucias", "el bastardo del barril", "demonio". Hasta nombres viejos que había dejado de usar casi una década antes. Nombres en los que ya no pensaba.

Una vez había tenido familia, una madre que le cantaba antes de dormir, un padre que maldecía al menos cinco veces por día, un hermano lleno de sueños ilusos. Ahora tenía una banda, los despojos de niños y niñas que habían tenido la desgracia de caer en el barril. O la estupidez, dependiendo del caso. Tenía un círculo íntimo de gente en la que confiaba con su vida, algo que nunca creyó volver a hacer.

Primero había sido Inej, una esclava de Menagerie, la casa de prostitución del barril, una de las peores para los trabajadores si lo poco que había alcanzado a ver era algo, y lo que se había enterado después. Pero a él le era funcional por la información que las trabajadoras obtenían.

Inej se había acercado a él y le había dicho que podía ayudarlo. Kaz confió en ella en ese momento, no porque creyera que su trabajo actual pudiera servirle a él de algo, pero ella tenía talento en cuestiones más importantes. Era silenciosa como nadie que él hubiera conocido.

Kaz había tratado que Per Haskell comprara su contrato, pero el hombre era terco y a veces idiota, no había visto la utilidad en Inej como él. Así que Kaz hizo lo mejor que sabía hacer y organizó un atraco lo suficientemente grande como para comprar él mismo el contrato de Inej.

Él le había enseñado como no solo ser una araña, si no ser la mejor. Luego ambos le enseñaron al Barril a tener miedo de ella y así también ganó un nombre. El espectro y era de Kaz tanto como Inej podía ser de alguien.

Luego vino Jesper, un adolescente estúpido que se dejó embaucar demasiado por los juegos del barril. Se hizo adicto a una sensación que no parecía poder alcanzar más y acumuló una cantidad obscena de deuda.

Fue a través de rumores que conoció y se interesó en sus habilidades. Un pistolero que nunca fallaba un tiro, o al menos no lo había hecho hasta el momento.

Kaz pagó su deuda atrayéndolo a los Dregs. Jesper resultó ser lo suficientemente leal como para unirse a su círculo íntimo, pero tenía la tendencia de abrir la boca cuando se ponía nervioso o trataba de salir de alguna situación.

Después apareció Wylan. Un día simplemente había una cara nueva en el barril y nada se movía sin que él supiera cómo y por qué. Así que lo siguió, de lejos y tan silenciosamente como podía.

El niño no parecía trabajar en nada al inicio, pero aun así tenía dinero y a Kaz le picó más la curiosidad.

Tardó en descubrir que hacía, era bueno escondiéndose o haciendo el trabajo muy por debajo de la mesa y con gente que regularmente los demás pasaban por alto.

Vendía bombas, ácidos e inventos raros que Kaz no había logrado descubrir qué o para qué eran. También vendía sus servicios de médico.

Curaba a prostitutas, eslabones bajos de las bandas, vagabundos o niños. Nada demasiado elaborado que él haya podido ver, pero su habilidad era asombrosa y a nadie le quedaba cicatrices.

Y Kaz lo deseo en su equipo, sería valioso para cualquiera y él no lo dejaría perder.

Mandó a dos chicos a traerlo al Listón, nunca regresaron, tardó en descubrir que había pasado. Regresó el personalmente a buscar al chico, molesto por el asesinato de sus hombres, también con sus hombres por dejar que un chico delgado y visiblemente débil los eliminara.

Seis de cuervos y un fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora