Capítulo XVI.

2.1K 156 77
                                    



— ¡Ahhhhh! — Un grito lleno de dolor se escuchó por toda la habitación.

Ya era un hecho que su hijo iba a nacer.

Luego de casi 9 meses por fin conocería al pequeño, o pequeña que había llevado en su vientre, y por supuesto que le alegraba pero al mismo tiempo le aterraba pues el parto se había adelantado.

Hershel le había dicho que era normal, pues el periodo gestacional era relativo en cada puérpera y para ella justamente fue antes de lo esperado. También le informó que el bebé estaba en perfecto estado, desarrollado completamente y con el peso necesario, por lo que no habría problema en que naciera ese mismo día, eso de alguna manera la tranquilizó.

Pero no del todo.

Shane sostenía su mano mientras ella con fuerza agarraba la suya, al momento que intentaba pujar. El hombre se había mantenido con ella en todo momento, aunque Hershel le había propuesto esperar afuera el oficial se había negado. Para nada de iba a perder el nacimiento de su bebé, porque aunque en un principio había rechazado la idea de ser padre ahora no podía evitar sentir la emoción de poder ver al fruto de su amor con la castaña; sabía que su mujer lo odiaba en esos momentos por haber hecho que el parto se adelantara pero al menos estaba agradecido que no lo hubiese expulsado de la habitación.

— Respira, respira, respira... — Le decía una y otra vez para tratar de calmarla. Bueno, para tratar de calmarse él también, porque vaya que sí era cierto lo de los padres primerizos y sus temores.

— ¡NO ME DIGAS COMO RESPIRAR! — Gritó estridentemente cuando sintió que de poco bajaba la cabeza del bebé a través de su útero.

Su hijo estaba a punto de nacer y no estaba Daryl con ella, como reemplazo estaba Shane que aunque no lo quisiera cerca, era mejor apretar su mano dejándolo con pequeños rasguños y marcas, a lastimar a la joven Beth que ayudaba a su padre con el trabajo.

— Lo siento... En verdad... — Las hormonas y el momento no ayudaban para nada.

Deseaba odiar a Shane por todo lo que había hecho en el pasado pero de alguna manera no podía hacerlo, sin él aquel ser que estaba pronto a nacer no hubiese existido.

Por su parte, el oficial no observaba ni por si acaso lo que realizaba Hershel, su atención estaba únicamente enfocada en Tn__ que entrecerraba sus ojos por el dolor, haciendo que este como un acto de bondad secara con su mano el sudor que descubría de la frente de ella.

— Ya falta poco... — Anunció el granjero que estaba haciendo todo lo posible por atender el parto de la mejor manera.

— ¿En serio...? — Él asintió en silencio, y sonriendo. — ¿Ya viene Daryl...? — Volteó su mirada a su esposo que parecía estar perdido en su rostro con una expresión de amor.

— Ya viene... Tranquila. — Respondió dedicandole una pequeña sonrisa para evitar que sufriera un ataque de pánico.

Por supuesto que a Shane le era doloroso ver y escuchar como su esposa pedía casi a gritos que llegara Daryl.

Se odiaba a sí mismo porque había sido él quien había causado aquella situación. No merecía ocupar ese puesto ni si quiera sostener su mano pero por más errores que hubiese cometido, el amor paternal lo había vencido. Es por ello que su enfoque estaba en Tn__, una mujer realmente maravillosa que iba a dar a luz a su hijo.

«Mi hijo.» — Pensó Shane depositando un pequeño beso en la frente de la castaña que parecía tranquilizarse por el acto.

Los recuerdos golpeaban su mente como un balde agua fría llegando a imaginar los diferentes escenarios que se hubiesen presentado si tan solo no hubiese sido tan cobarde. Cerró sus ojos al sentir el ardor de las lágrimas queriendo salir, había sido un completo imbécil.

𝐔𝐧𝐚 𝐥𝐮𝐳 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 - 𝓓𝓪𝓻𝔂𝓵 𝓓𝓲𝔁𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora