Capitulo 2

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¡HAY UN CAPITULO ANTES DE ESTE!

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LETTENY

El sonido del timbre del 389 aborrece sus oídos, por que se pusieron un timbre? Solo bastaba con tocar la puerta para que abrieran, ella lo hacia, su padre le había ofrecido poner uno de esos timbres chillones para que la gente, como si la visitaran a menudo, no tocaran a cada rato como locos, desde el segundo piso se escuchaba claramente los sonidos que hacían desde abajo, como no podría escuchar que tocaban la puerta? O bueno seria mejor que no escuchara que alguien toca, le aburren las visitas, o al menos las visitas que nos daban los vecinos para pedir un tacita de azucar, como si no hubiera un mini supermercado a la vuelta.

Tocó dos veces mas el timbre, al parecer no funciona como deberia, ¿Para que se ponían un timbre si no funcionaba?

Tocó una vez la puerta lo demasiado fuerte para que se oiga desde dentro. A los segundos la puerta se abre de golpe dejando ver los rizos de una mujer un tanto mayor.

Esa debe ser su madre.

—Eres Letteny? —la pelinegra asiente con timidez—. Oh lo siento cariño, el timbre es una basura.

Ya nos habiamos dado cuenta antes.

–Pasa, Axel dijo que vendrías o no lo harías o que no sabia que lo harías, bueno no se. Mi hijo no explica bien —confiesa restando le  importancia— Pero pasa, pasa. Su habitación está en el piso de arriba, ya te darás cuenta.

Subio las escalera con ayuda de los empujonsitos muy sutiles de la madre. A decir verdad, la casa tenia un estilo muy vitange, las escaleras estaban muy bien pintadas, en cada escalón se podía ver cuadros incrustados en las paredes con fotos en ellas. Un señor muy mayor como para ser el padre de Axel, y la misma señora que segundos antes la empujaba a subir mas rápido.

Cuatro puertas y solo una tenia escrito "No entrar" "Prihibido el pase" "Lee otra vez y retrocede". Camino directo a ese, al costado había una que tenia pintado una equis en color rosa, podría ser ese pero la A en grande delató a la segunda puerta. Se acerco un poco a la puerta intentando escuchar si había alguien dentro, tenia claro que la madre le dijo que estaba en su habitación pero no se escuchaba nada en ella. Axel podía estar durmiendo y ella justo llego a interrumpirlo, o podía estar una clase de meditación o algo referente a no hacer ningún minúsculo ruido. Pero el rechinido de la puerta la hace pegar un salto. Por un momento pensó que seria la puerta de Alex pero no fue así. La puerta que estaba delante de ella, la de la llamativa equis fue abierta de golpe dejando a la vista a una no tan pequeña niña.

—Buscas a Alex? —como...— Tienes que tocar la puerta de al lado, esa no es. La de aquí —salio de la línea que divida el pasillo de su cuarto, y le señalo la puerta que estaba al lado de ella, la que no tenia nada, cero pegatinas, cero letras, una simple puerta de madera.

Camino hasta ella sin quitarle la mirada a la segunda puerta.

—Gracias...

—De nada, te salve de que te llevaras el susto de tu vida.

¿El susto de suivida?

La niña se pierde otra vez por la puerta rosa antes de que ella pudiera preguntarle a que susto se refería.

—No pense que vendrias

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—No pense que vendrias

—Yo tampoco, pero no tenia nada que hacer, asi que aquí estoy. —se toma su tiempo para mirar cada minúsculo detalle de la habitación, un lugar espacioso con bastantes cosas ordenadamente esparcidas.

Con razón se tardo un día entero.

En una de las esquinas tenia una litera específicamente de libros, demasiados libros, ella a comparación tenia...nada. A decir verdad no tenia nada, aparte de coleccionar encendedores, no es que fumará ni nada, pero era algo suyo. El leía libros y ella coleccionaba encendedores. Aun que también tenia uno que otro libro...

Libros de la escuela, claro.

Pero la estantería llena de libros no fue lo que mas le llamo la atención, fue la bandera que tenia varios tonos de colores, específicamente el azul.

—Eres gay?

—No, solo lo tengo ahí por que combinaba con la decoración.

—Es broma —aclara dándose cuenta de que la chica que tenia enfrente no le había entendido—. Si lo soy, no pensé que te incomodaria...

—Que? —¿incomodarle? ella nisiquiera estaba incomoda, pero si hablaban de que ya estaba cansada de estar parada, entonces si. Si que estaba incomoda seguir parada—. Solo no me lo esperaba.

—Bueno, tampoco es que me este presentando a todos mundo como: Hola soy Axel, soy nuevo y soy gay —suelta una risa nerviosa— Pero a lo mejor debí decírtelo.

—Claro que no. Debias decirlo cuando tu quisieras, igual no cambio nada, te acabo de conocer hace 8 horas, nisiquiera debería de estar acá, pero ya que estoy, me dejas sentar de una vez? Que me están doliendo los pies.

Él reacciono de inmediato y  se paro de  dejándole la única silla que tenia dentro del cuarto. Él tomo la segunda opción, sentarse en una esquina de la cama.

—Eso esta peor.

—Que cosa?

—Que te sentarás en esa esquina. Puedes malograrla de tanto sentarte en ella.

—Lo dices por experiencia? —alza una ceja retandola.

—Lo digo porque estoy segura de que pasara, solo espera un mes y veras la diferencia.

—Pareces esos comerciales donde te muestran productos, y a las finales te engañan y te terminan robando 8 dolares.

Los dos rieron y siguieron hablando sobre como Axel se descubrió a si mismo y de como ella termino en el suelo del patio de la escuela por quinta vez. Dos cosas distintas pero confesiones que ninguno quesiera repetirlas, uno sonara sentimental y el otro chistoso, pero los dos tenían los mismos contextos. Las dos historias estaban conectadas de alguna forma.




 Las dos historias estaban conectadas de alguna forma

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