Capítulo 15

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SeokJin se estiró cansado. Había sido un día demasiado largo, lidiando con nuevos extraños que no se despegaron de su lado en ningún momento.

En realidad no lo entendía, jamás había tenido un compañero para tomar el almuerzo. Siempre había sido el chico solitario que era dejado de lado. Todos le veían y preferían alejarse. Entonces, aquel día, repentinamente  se encontró rodeado de personas, pero había sido como si le cuidaran.

No obstante, Jin no quiso pensar en ello, estaba demasiado cansado con los últimos eventos como para protestar. Solo quería dormir una eternidad y olvidarse de todo. Recordar que ahora no tenía un hogar, casi le hizo llorar mientras caminaba hacia la parada del autobús.

El trayecto de dos horas le sirvió para dormir un poco y no pensar en nada, aunque todavía se sintió extrañamente observado, ¿o asechando? Parecía ser la palabra correcta.

Luego, hacer el camino hasta el bosque, por primera vez le había parecido ridículamente agotador. Finalmente, cuando pudo divisar lo que tendría que ser su pequeño hogar, no pudo evitar caer sentado en el suelo debido a la impresión.

Lo que antes había sido su pequeña casa ahora estaba completamente destruida, en realidad, solo era una porción de terreno. Pero lo más sorprendente, eran todos los hombres que rodeaban el lugar, y maquinas de construcción que recogían los restos de cimientos.

—No, no, no… —Susurró a sí mismo, lleno de una mezcla de emociones sin explicación.

Ni siquiera notó cuando un hombre se acuclilló a su lado y le habló. O no lo hizo hasta que fue levantado del suelo y rápidamente se sujeto de un par de hombros fuertes.

Recibió una sonrisa cuadrada y un guiño mientras observaba al hombre. —¿Qué te parece, dulzura?

—Yo-Yo… —Se maldijo al no poder formular una palabra coherente, su cerebro pareció dejar de funcionar mientras se perdía en el cálido toque del castaño.

—Planeo que este lugar se convierta en una enorme casa que podrás diseñar como quieras. —Volvió a decir. —A que soy el mejor, ¿verdad?

No obstante, antes de que Jin pudiera hacer algo, fue arrancado de los brazos del hombre y oculto en el amplio pecho de alguien más.

SeokJin inhalo el varonil aroma, inconscientemente cerrando los ojos y aferrando sus manos a los duros pectorales frente a él. Parecía igual de bueno que el anterior castaño, aunque continuaba sin comprender la reacción de su cuerpo.

Finalmente, volviendo sobre su mente, empujó los brazos que le rodeaban y observó su alrededor, de nuevo ahí estaban.

Se quedó quieto, pensando y tratando de digerir lo que estaba viendo. SeokJin no entendía nada, y si bien su sentido de supervivencia le pedía huir de una probable muerte, una fuerza extraña lo mantuvo quieto esperando ¿algo?...

—Ya deberías saber que no vamos a matarte. —Escuchó la voz grave que le habló, y su mirada se dirigió al pálido hombre que chasqueó la lengua después de hablar. —Si así hubiera sido, desde el principio lo habríamos hecho, solo eres un débil humano, y habría sido tan fácil como romper los huesos de tu cuello y… —Repentinamente se quedó callado y sacudió la cabeza, como si quisiera alejar las imágenes indeseables en su mente.

Pero escuchar aquellas palabras no terminó por tranquilizar a Jin, por lo que tomó una larga respiración y valor para preguntar. —¿Entonces…?

—Supongo que primero podríamos… Uhm… Buscar un lugar donde puedas sentarte y así poder explicarte lo que tenemos que decir. —Una mano cálida tocó su rostro y SeokJin observó al hermoso hombre frente a él, inevitablemente buscando el toque como un gatito mimado.

Parecía el único racional que había pensado en él, y Jin lo agradeció.


Eventualmente había sido llevado al lago, el lugar en donde toda esa extraña paradoja había comenzado.

SeokJin se sentó contra un grueso tronco en el pasto y entonces miró a los cuatro hombres en busca de la explicación a todo el lío, sin saber, que su vida estaba a punto de dar un cambio de ciento ochenta grados…

Vier Ehemänner, ein Liebhaber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora