un hombre busca a una mujer

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México | 1989

México | 1989

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─Sale güero. ─le dió un beso a le mejilla de su manager. ─Uy, que nervios.

─Espera Edén. ─la detuvo. ─Por favor, prométeme que no vas a decir nada de lo que pasó. No le des el gusto a Luis Miguel de recibir tu atención.

─Te lo prometo.

él le sonrió. ─Anda niña, a romperla.

Ella entró al programa, como siempre todos la recibieron con oraciones y aplausos. Se sentó frente al señor Raúl Velasco y empezaron a hablar.

─Un honor para nosotros tener a la muchacha del momento. ─inició este.

─Que dice don Raúl, un honor para mí estar aquí con usted y todos los del público.

─Y cuentos, que tal te ha ido.

─Super bien. ─sonreía. ─Mi álbum se vende cada vez más y eso me tiene de verdad muy contenta.

─No puedo sacarme mi buen amor de la mente, y creo que no soy el único. ─edén rió. ─Es que anda sonando por todos lados, la otra vez fui a cenar con mi familia y estaba en el restaurante, de hecho todas las canciones del álbum estaban.

─De verdad, no sabes lo feliz que me pone escuchar eso. De verdad, yo más que nada estoy muy agradecida con todas las personas que han estado conmigo desde el primer momento. Lo aprecio mucho y juro que lo llevaré siempre en el corazón. Por siempre trato de dar los mejores conciertos y espectaculos, y espero que les guste.

─Tú sabes que sí niña, no por nada te pusieron el corazón de México, porque robas los corazones de todos.

─Gracias. ─sonrió. ─De verdad, gracias. El cariño que te tengo a ti Raúl, bueno a todos los que están aquí de hecho, es de lo más real que he sentido.

Estaba por decir algo más, cuando ve como frente a sus ojos cae un ramo de margaritas.

─¿Uy y eso? ─pregunta raúl. ─Son para tí supongo.

─¿Para mí? ─lo tomó entre sus manos. ─¿De parte de quién? ─todos apuntaron a un muchacho que estaba entre los primeros asientos. ─¿Fuiste tú? ─le miró.

─Sí. ─respondió con un poco de pena.

─No pues que le pase ¿No? ─decía el entrevistador.

─Sí, a recibir su abrazo y su beso. ─la muchacha rió.

─Pásale hijo, pásale.

─No tengas pena ven, no muerdo.

El chico con las mejillas todas sonrojadas fue hasta donde estaba Edén. Quien al instante lo envolvió en un abrazo.

─Muchas gracias, son preciosas. ─besó su mejilla, donde le dejó sus labios marcados, todos empezaban a silbar y cosas así. ─Toma, una para ti. ─sacó una margarita y se la dió.

𝐔𝐒𝐓𝐄𝐃 ━ luis miguel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora