Capitulo 21

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En Multimedia Daniel, el pelirrojo :33


Después de escuchar toda la historia narrada por Ginebra, me pregunte si alguna vez yo tendría un amor así, un amor que esté dispuesto a dejarlo todo por ti, uno que sobrepase todo obstáculo que se presente, que no le de miedo enfrentarse al mundo si es necesario, eso quería yo, pero ¿lo obtendría? Era algo que no sabía. 




Llegue a casa justo a la hora del instituto, siempre hay que tener presente que si vas a hacer algo asegúrate de tener todo bajo control para que no te descubran, yo estaba segura de que lo había hecho todo muy bien, pero olvide que tenía un hermano que estudiaba en el instituto con el cual tenía algunas clases en común.

Mal cálculo.


- ¿y cómo estuvo tu día hoy Maddie? 

- Bien mamá, ya sabes lo mismo de siempre, nada del otro mundo - dije sin parar de comer, estaba muriendo de hambre 

- ¿no hiciste nada esta vez? – Pregunto Marcus 

- ¿a qué te refieres? No me volví a escapar si es lo que estás pensando - le clave mis ojos directo a los suyos 

- ¿estas segura hermanita? - intervino Max




Mierda, mierda, mierda como olvidar a Max, él sabia precisamente que no había estado en las clases, necesitaba que omitiera toda su información, no quería otro castigo de mi madre, porque estaba completamente segura que ella me llevaría y traería del instituto con el fin de no perderme de vista. 


- sí, muy segura - tome jugo - te vi en el campo hoy 

- ¿en el campo? - frunció el entrecejo – no tuvimos entrenamiento hoy 


Trágame tierra


- en ningún momento dije que estuvieras entrenando, simplemente dije que te vi allí

- mmm, que raro, no recuerdo a ver estado allí 

- ¿estas ocultando algo Maddie? - sentencio mamá 

- ¿Qué tendría que ocultar? Quizás Max no recuerda, pero lo vi allí e incluso estaba con varios chicos 

- ¡Bueno ya! Creo que no hay que hacer un problema donde no lo hay, no molesten más a Maddie ¿ok?

- Gracias Marcus - le guiñe el ojo 



Me toco lavar la loza de la cena, me puse mis audífonos y mientras los lavaba hacia una extraña danza que me había inventado, no sabía bailar y eso era más que notable.


- ¿Qué te pasa? ¿Te está dando un calambre o se te metió un demonio? – dijo mientras me sacaba un audífono

- JA JA JA ¡que gracioso! No aguanto la risa - dije con ironía 

- es que te vi y parecías convulsionando – saco un vaso con jugo 

- estaba bailando - seguí fregando la loza 

- ¿Qué demonios? - soltó una carcajada – ya sé que no debo llevarte a ningún baile

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