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Cuando Chan ya estuvo enjuagado, su dueño le pidió que saliera de la bañera. Lo secó lo más que pudo con una gran toalla y le pidió que se sentara.

- Ahora es tu turno - dijo el perro mirando al gato.

El humano repitió lo que había hecho con el shampoo y se acercó despacio al gato. El gato se mostraba algo tenso, pero al sentir masajitos en su cabeza y como le limpiaba entre sus patas, cerró sus ojos relajándose mucho. Tanto se relajó que cabeceó y hundió parte de su nariz en el agua haciéndolo estornudar.

- ¿Estás bien? - el humano le sonrió y le echó agua en su lomo para enjuagarlo. - Ahora te voy a secar, ¿si? Ay gatito... No me vayas a arañar la cara.

- QUE NO SOY UN GATITO - el gato maulló fuerte y el humano lo tomó como un "te prometo que no te voy a arañar" así que se atrevió a sacarlo del agua y a envolverlo en otra toalla.

El dueño del perro abrazó al gato mientras con una parte de la toalla secaba la cabeza de éste.

- ¿Qué está haciendo? - preguntó el gato.

- Te está abrazando. ¿Verdad que se siente bonito?

- Se siente... Bonito. Si, se siente bonito - el gato cerró sus ojos y empezó a ronronear, sorprendiendose a sí mismo ya que era la primera vez que lo hacía.

- WOW, ¿QUÉ ES ESO? - el perro paró sus orejas otra vez y olfateó al gato. - ¿CÓMO HACES ESO?

- No sé... No sé como lo hago.

- Chan, despacio - el humano acarició la cabeza del perro también para que no se sienta celoso. - ¿De dónde sacaste a tu amiguito?

- Del árbol - contestó el perro, pero era obvio que su dueño no le entendía.

- ¿Dónde vivís? No tenes casa, ¿no? - preguntó el chico que seguía abrazando al gato. - Tranquilo, podes quedarte con nosotros. Pero me tenes que prometer que te vas a llevar bien con Channie, ¿si? Él es muy importante para mí.

- Si, si, si. Nos vamos a llevar muy bien - el perro comenzó a perseguir su cola ya que su cuerpo no contenía tanta felicidad.

- Lo prometo - dijo el gato.

- ¿Cómo le podemos poner? Necesita un nombre - el humano miró al perro.

- GATO - el perro ladró entusiasmado, el gato esta vez no se asustó. Se rió.

- Si, así me llamo.

- ¿En serio te llamas Gato?

- Si, creo...

- Mmm... - el humano agarró su celular y se sacó una foto abrazando al gato y apoyando su cabeza con la de su perro para que también saliera.

"Acepto sugerencias de nombres para mi nuevo amiguito" decía la foto que subió con sus (ahora) dos animales.

Minho el gato ⋆ minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora