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—Tss, Jungkook. —Susurró alguien en algún lado.

El mencionado volteó a ver en todas las direcciones posibles, siguiendo la voz que le llamaba, más no encontrándose con nada, tal vez solo fue producto de su imaginación. No era la primera vez que se imaginaba algo.

—¡Jungkook, por aquí! —volvieron a llamar. Esta vez, el alfa se detuvo y giró rápidamente, intentado dar con la voz que le llamaba.

—¿Quién eres?, ¿Dónde estás?... Se karate. —preguntó a la defensiva.

—No quiero pelea —se escucho la misma voz, peor ahora burlesca—, solo te quería decir de que me enteré que tu hermano y tú, están tratando de conquistar al recio Park Jimin. Por lo tanto, te quería confesar que a Jimin le encantan las ciruelas.

—¿En serio? —preguntó ahora interesado.

—Sí, escuché cuando se lo decía a sus amigos.

—¿Por qué me estás diciendo esto?, ¿Y por qué te escondes?

—Me gusta Seokjin, por eso no quiero que él se gane el corazón de Park. —Confesó en un susurro lastimero.

Lástima que ahora no solo Park Jimin era su rival.

—¿Cómo te llamas? —Cuestionó Jungkook mirando a todos lados, pero la voz ya no respondió— ¿Hola?, ¿Ya te fuiste?... Pero que estúpido soy, claramente ya se fue...

Jungkook siguió balbuceando mientras caminaba, ahora con una sonrisa adornando su rostro. Tenía que ir en busca de ciruelas para poder avanzar aunque sea una grada en el corazón de Jimin, y a la misma vez relamió sus labios al pensar en la derrota de su gemelo.

Que iluso era Jungkookie.

—¡Hey! Jiminnie, detente. —Gritó el alfa peligris al omega que se encontraba caminando pacíficamente por las instalaciones.

Jimin se tensó inmediatamente al oír la voz del alfa que lo traía loco. No quería ilusionarse, y tampoco ceder fácilmente a las disculpas que el alfa le iba ofrecer, porque el omega intuía de forma perfecta que el alfa venía a disculparse con él. Pero para ganarse su perdón, no iba a ser fácil... No después de la humillación que le hizo pasar, aunque su omega gritase que corriera hacia los brazos del pálido.

Aún le dolía el pecho al recordar la palabra "desliz", y lo peor es que la voz ronca del alfa se reproducía una y otra vez en su mente.

—¿Qué quieres, Min? —Habló de forma fría.

Yoongi se sorprendió ante el tono de voz con el que Jimin le habló. Se sintió muy mal al ser tratado de esa forma, pero sabía que se lo merecía. Aunque le doliera mucho el que Jimin ya no le hablase con su voz tan hermosamente dulce.

Suspiró, pasando sus manos entre sus cabellos grises, intentando aminorar el nerviosismo que de repente apareció.

—Yo... Yo quería disculparme por las palabras que dije anteriormente frente a mi padre. —Explicó con inseguridad— Sólo dije lo primero que se me vino a la mente.

Jimin asintió no muy conforme, pero aún así, no se dio la vuelta— No se preocupe, es de humanos equivocarse, y... Y también sentir.

El omega emprendió de nuevo su camino, queriendo huir rápidamente de ese lugar, debía de hacerlo antes de ver los ojos del chico, o de lo contrario, todo se vendría abajo. Más toda acción quedó pausada al sentir una mano fría tocando su antebrazo.

—Oh, vamos, por favooor, perdóname... Es más, te invito a un helado. —Sonrió dulcemente.

El corazón de Jimin se aceleró, e incluso quiso saltar como un resorte por todo el colegio; el chico que le gustaba, le estaba invitando a un helado. Quizo decir que sí a todo, pero su dignidad aún estaba herida, así que negó con su cabeza.

Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora