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—¡Más rápido, hyung! —Chilló el rubio.

—No, te puedes lastimar —Negó el mayor.

—No sea aguafiestas.

—Nos van a regañar, Jimin. —Trató de convencerlo.

—Claro que no, nadie debería de ser regañado por ser feliz.

El alfa y el omega se encontraban dentro del supermercado, este último estaba dentro del carrito de compras mientras el mayor lo empujaba cuando nadie los estaba viendo.

Después de que sus amigos se fueran por los helados, los dos chicos se dirigieron hacia el supermercado a comprar lo que la mamá de Yoongi le había encargado a este. Pero estaban haciendo de todo, menos comprar.

—Ya es tarde. —Anunció el alfa.

—Pero hyung... 

—Hyung nada —chasqueó la lengua divertido—, mamá me va a matar si no llego rápido. 

—Entonces hagamos las compras —dijo, no quería quedarse sin alfa antes de tiempo. 

Jimin salió del carrito y comenzó a caminar a la par de Yoongi. Este último llevaba una servilleta manchada con letras muy chuecas en la cual iba anotado todo lo que su mamá le habia pedido. Comenzó desde el área de vegetales y frutas; plátanos, manzanas, zanahorias, mangos, cebollas y tomates era lo que el alfa había tirado al carrito. Luego siguieron por el área de cereales y sodas hasta llegar al área de lácteos. Yoongi sonrió en grande cuando vio la caja de su leche favorita y estaba dispuesto a agarrarla, pero alguien más la tomó al mismo tiempo que él.

—Disculpa, pero yo la vi primero. —Gruñó un joven de cabellos negros.

Jimin que sólo estaba de espectador, se dio cuenta que el joven alto y fornido que miraba de mala manera a Yoongi era un alfa.

—Claro que no, yo la vi primero. —Gruñó también el pálido.

—Suéltala —Jalo la caja de leche.

—No. —Negó el pálido.

—No tengo tiempo para mocosos insolentes —musitó con evidente enojo—. Suéltalo o me veré obligado a utilizar la fuerza. 

A Yoongi no le gustaban las peleas ya que eso significaba mover sus músculos y a él le daba pereza. Pero el alfa frente a él lo estaba sacando de sus casillas, el quería esa leche a como de lugar. Hace dos días que se había tomado la última taza de leche y se estaba desesperando porque la leche lo calmaba y hacía que durmiera más tranquilo.

El alfa que no quería soltar la caja, comenzó a arañar la mano del pálido para que la soltara pero a Yoongi no le importaba y no iba a permitir que le ganarán.

El lobo de Jimin gruñó al ver dicha escena, pues ese hombre estaba dañando a su alfa y eso el no lo iba a permitir.

El omega se acercó a los dos alfas y sin que nadie lo esperara, mordió la mano del hombre musculoso.

El alfa llevó llevó su mano hacia atrás, moviéndola de arriba hacia abajo, intentando disipar un poco el dolor. 

—¡AHH! ¡¿QUÉ DIABLO TE PASA OMEGA TONTO?! —Rugio el hombre con furia.

El alfa quiso acercarse al omega para darle una lección. Ningún estúpido omega tenía el derecho de atreverse a faltarle el respeto a un superior, y menos a un alfa fuerte como él. Yoongi al ver lo que el alfa tramaba hacer, se interpuso entre los dos y cubrió al omega con su cuerpo gruñendo a tal punto de sacar sus colmillos. 

—No te acerques a él —Gruñó con voz fría y dominante el pálido. 

Tanto al alfa como al omega se les heló la sangre al oir al contrario. Jimin bajó la cabeza en modo de sumisión y respeto, pero no asustado. En cambio, no fue lo mismo para el hombre que estaba freste a ellos, pues el contrario estaba asustado hasta los huesos por esa mirada tan fría que le dedicaba, su lobo gruñó con exasperación al ser dominado por el pálido. 

En ningún momento bajó la cabeza, y no lo haría hasta que el que le quiso quitar su cajita de leche se fuera. 

—Yoongi —Habló con voz suave y dulce el omega que se encontraba detrás de él— Vámonos. 

El alfa sintió como su cuerpo se destensaba al escuchar la dulce voz del omega. Se dio la vuelta y agarro la mano de Jimin, mientras en la otra mano se llevaba la caja de leche. 

Jimin sintió su cara arder al ver la acción del alfa. Sentía que estaba en el paraíso, ya que sus manos pequeñas y suaves encajaban perfectamente con las grandes y pálidas manos del alfa. 

El omega salió de su ensoñación cuando escuchó una hermosa carcajada de parte del pálido. 

—¿Por qué hiciste eso? —Se detuvo cuando llegó a la fila en donde debía de pagar. 

—¿El qué? —preguntó cohibido. 

—Morder a ese alfa. —Lo miró directamente a los ojos. 

Jimin se puso nervioso al no encontrar palabras para explicarle lo que había hecho. No podía decirle que su omega sintió la necesidad de protegerlo al ver que ese tonto alfa estaba dañando sus hermosas manos. 

Jimin nunca en su vida había sentido celos a este nivel, aunque siempre sentía celos cuando veía que algunos omegas de su colegio se le quedaban viendo al alfa por mucho tiempo, pero jamás se atrevió a hacer algo encontrá de esos hormonales, pues nunca vio interés de parte del alfa ya que este siempre estaba durmiendo. Pero al ver que su alfa deseaba esa caja de leche y el otro no quería dársela y agregando que lo lastimó, simplemente no pudo con tanto y dejó salir su instinto a flote. 

—Ese alfa tonto lo estaba lastimando. —Soltó mientras veía de reojo las manos del contrario. 

—No me lastimó. —Sonrió— Incluso, duele más el arañon de un gato que el de ese hombre. 

Jimin asintió satisfecho ante las palabras de él alfa. Una ola de alivio lo embargó al ver que no estaba lastimado. 

Por otro lado Yoongi sintió que algo cálido recorrió su pecho al ver que el omega estaba preocupado por él y hasta lo defendió. Jamás había visto a un omega tan atrevido. Casi siempre era lo contrario, el alfa siempre debía defender y proteger al omega mientras esté se tenía que esconder detrás de su alfa. 

Después de pagar y salir del supermercado se dirigieron a la parada de autobuses mientras tomaban un poco de Yogurt. Yoongi no iba a dejar que un hermoso omega como lo era Park Jimin se fuera solo y a estas horas, por lo tanto, se ofreció a llevarlo a su casa. Y Jimin se negó al principio ya que no quería parecer feliz diciendo un Sí rápidamente, pero al final accedió y sin que el alfa lo viera, sonrió victorioso y orgulloso por dar tal avance con el alfa. 

El camino no fue tan largo, después de 5 minutos el omega y el alfa ya estaban en la entrada de la hermosa casa de los Park. 

—Gracias por traerme, Yoongi hyung. —Dijo mientras se atrevía a darle un beso en la mejilla al alfa, sonrojado y sin esperar que el contrario respondiera, se metió a su casa cerrando la puerta fuertemente. Comenzó a dar saltitos eufóricos y se fue a encerrar a su cuarto para luego agarrar una almohada ahogando un grito de felicidad. 

Yoongi aún se encontraba en la entrada de la casa mientras intentaba procesar lo que el omega acaba de hacer y del porqué le afectó tanto. 

Un minuto pasó para que el alfa por fin reaccionara y cuando eso pasó, sonrió como nunca en su vida lo había hecho. Ese omega era demasiado atrevido y eso le gustaba

Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora