༒ Caprichos ༒

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[Tsunade pov]

Mí humor no ayudaba a la situación, ¿quién mierda se creía esa idiota?

Salí de la habitación frustrada, tanta furia me hacía querer romper cualquier cosa que se me cruzara.

Me dirigí a la sala dónde mi abuelo se encontraba y entré sin siquiera tocar la puerta.

-Discúlpame, pero, ¿por qué me trajiste a una niña? ¿Acaso soy una guardería?- Pregunté.

-Sabía que me reclamarias por su edad, pero tengo una respuesta que he preparado con antelación.- Dijo él, con un tono de voz sereno.

-Entonces habla.- Exigí.

-Esa niña tiene las capacidades necesarias para acompañarte y además tiene buenas reseñas de los lugares en los que ha trabajado, ¿cuál es tu queja sobre ella?-

-Es impertinente, desinteresada e irreverente, no sabe con quién trata.-

-He hablado con ella antes que tú y no parecía nada de lo que me estás describiendo, ¿no será otro de tus caprichos?-

-¿Caprichos? Esa chica es realmente desagradable.-

-Entonces hablemos con ella, estoy seguro de que pueden resolver sus diferencias.-

Intenté oponerme a la idea, pero me Interrumpió.

-Asuma, trae a Shizune, que sea rápido.- Ordenó.

Luego de unos minutos ella llegó al salón, parecía estar llorando.

-Shizune, ¿qué ocurre?- Preguntó él.

-Que-quería disculparme con Tsunade.- Respondió ella.

Abrí los ojos sorprendida.

-¿Disculparte?- Interrumpí.

-Si, yo lo lamento mucho.-

Me sentí patética ante sus disculpas, me sentí inmadura e irresponsable.

-Explícate Shizune.- Habló.

-He sido irreverente, no supe conocer mi lugar aquí, pero ya lo entiendo y prometo que no tendrán inconvenientes a mi nombre otra vez si me dan la oportunidad de quedarme.- Se disculpó.

Trataba de convencerme a mi misma de que sus disculpas y súplicas eran solo vulgares mentiras, pero su rostro y sus lágrimas se veían sinceras, no podía fingir ese tipo de emociones, no era tan cínica, ¿cierto?

-Tsunade, sabes que tienes la última palabra, ¿aceptarás las disculpas de Shizune?-

Sus ojos conectaron con los míos y pude verlos, esos ojos negros brillando por culpa de las lágrimas, traté de evitar sentir pena, pero mis intentos fueron en vano y caí patéticamente ante sus estúpidas súplicas
.
Me acerqué y ella se alejó. Sonreí por el control que tenía sobre su cuerpo, se veía como un ratón asustado, mentiría si dijera que no los disfrutaba.

-Que no vuelva a suceder.- Dije y separé la mirada.

-Ya la oíste, Shizune. Puedes retirarte.- Acotó mi abuelo.

Ella hizo una reverencia hacia él y luego hacia mí antes de retirarse.

-¿Qué fue lo divertido, Tsunade?- Preguntó él.

-¿Por qué preguntas? ¿Acaso no la viste alejarse de mi con miedo?-

-Tsunade, eso no es algo de lo cual jactarse, ¿de esa forma quieres ser respetada? ¿A través del miedo?-

-No hay nada más eficiente, abuelo. Jamás he sido como tú, no quiero la confianza de nadie, solo quiero el respeto.-

-Hablaremos de esto luego, ahora retírate a  tu habitación, y tenle paciencia a esa niña-

-Haré con ella lo que considere necesario.-

Regresé a mi cuarto y la ví ahí, parada observando por la ventana, distraída.

-Nunca habías visto una ventana? ¿Hay de esas en tu casa?- Pregunté sarcástica.

Ella se volteó alarmada y me vió con un poco de tristeza en sus ojos.

-Oh, bueno yo no estaba observando la ventana, solo veía las flores a través de ella, y si, tengo ventanas en casa-

Ahora su tono de voz era distinto, como si hubiera estado fingiendo antes, ahora ella se oía más sincera.

-¿Mirando las flores? ¿de noche?-

-Se ven más hermosas bajo la luz de la luna, ¿no le gustaría ver?-

Shizune se acercó a mi y tomó mi mano con delicadeza tratando de hacer menos íntimo el contacto.

Me guió hasta el ventanal de mi propia habitación y de alguna forma le ordenó a mis ojos que miren en la misma dirección que los de ella.

Presté un poco de atención y le di la razón en secreto, las flores se veían bien.

Volteé mi mirada y me topé con su perfil, se veía concentrada, en ese momento fui consciente de la calidez de su mano sobre la mía y la aparté bruscamente.

-Lo siento, no deseaba incomodarla- Se apresuró a decir.

-No me interesa la naturaleza, fué mucha biología en la academia para mi-

-Me gustaría haber tenido la posibilidad de asistir a una academia…-

-Suponía que no habías asistido, todas las personas de los pueblos son analfabetas, por eso es que no tienen futuro.- Solté.

-Y-yo no soy analfabeta- Dijo con el ceño fruncido.

No le creí, ¿cómo aprenderías a leer o escribir si no asististe a la escuela?

-Lee algo para mi, Shizune.- Ordené.

Ella decidida se dirigió a la estantería llena de libros que estaba en mi cuarto y tomó uno con emoción.

-Lo tengo.- Dijo.

-Procede.- Exclamé.

Ella lo abrió y sus ojos brillaron al observar los dibujos que estaban en la primera página.

-La doncella- Comenzó leyendo el título.

Me sorprendí y lo arrebate de entre sus manos.

-Puedes elegir cualquier otro.- Dije.

Ese libro era sobre la historia de amor entre dos mujeres y había sido regalado hacia mi por mí cumpleaños de parte de mi mejor amiga Mei, prefería que no lo leyera.

Al escoger otro ella comenzó a leerlo rápidamente, su voz era tranquila y leía sin apuros, no se trababa en ningún momento y aunque quería negarmelo, estaba sorprendida.

-Es suficiente, al parecer si sabes lo que haces-

Shizune sonrió y devolvió el libro a su lugar.

Ella volvió a sonreír y me miró esperando una felicitación de mi parte.

-No esperes que celebre tu habilidad, es lo mínimo que deberías saber hacer.-
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Re mala Tsuna, felicita a la nena. 💘

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