-Deberias rasurarte- Aconsejé al hombre frente a mí.
-Tu deberías cerrar esa linda boca si quieres que te vaya bien con Tsunade.- Retrucó.
-¿Ella es malvada?- Pregunté mientras caminábamos hacia mi habitación.
-Bueno, es un poco antipática, sus padres murieron, es por eso, antes ella solía ser más amable.-
-Ya veo, la compadezco- Dije.
-No sé si pensarás eso mismo después de conocerla, las últimas diez chicas a su servicio renunciaron, ninguna quiso rondar más por ésta ciudad-
-No me da miedo, soy difícil de cansar- Respondí.
-Ya veo, entonces te deseo suerte- Dijo, para después abrir la puerta de el lugar en el que yo dormiría.
-Gracias y hasta pronto, quiero desempacar-
Él se retiró de inmediato y yo miré un poco más a fondo el lugar.
No era demasiado amplio, pero era de un buen tamaño, tenía una cama, un baño, un escritorio y un armario, eso era más que suficiente para mí.
Me recosté sobre la cama, era cómoda.
Pensé en lo que Asuma me dijo sobre esa tal Tsunade, mentí cuando dije que no estaba asustada, estaba aterrada, esperaba que ella empatizar con mi situación y no fuera tan mala como con las anteriores chicas que renunciaron.
Mis pensamientos fueron Interrumpidos por alguien que abrió mi puerta de improvisto.
-H-hola, ¿eres la chica nueva?- Preguntó una chica de cabello rizado.
-Si, ¿tú eres?-
-S-soy Kurenai, trabajo aquí- Respondió tímida.
La chica era como de mi edad, pero parecía un poco más baja que yo.
-Un gusto, ¿qué necesita?- Pregunté.
Quería tener la mínima relación con cualquier persona que residiera aquí.
-Solamente le traía su uniforme, y antes de que pregunte, es obligatorio.-
-Ya veo, gracias.-
Atiné a cerrar la puerta, pero ella me detuvo y entró.
-¿Puedo saber su nombre? Es solo curiosidad, disculpe si la incomodo.-
-Mi nombre es Shizune, ya deberías retirarte.-
¿Soné cortante? Al parecer si, ya que ella sonrió tristemente, me sentí culpable, pero no podía permitirme sentir, al menos no aquí, no en el trabajo.
-Entiendo, disculpeme, me retiro-
Ella salió y mi corazón me reprendió.
Sabía que tratar de esa manera a las personas que eran amables, estaba mal.Pensé en que debería probarme el uniforme, pero una mariposa que se paró justamente en mi ventana, me distrajo. Era de un color naranja muy bonito, en el poco tiempo que tenía libre había encontrado un hobby, observar animales. Comprender el por qué de las acciones de la naturaleza me fascinaba, había leído varios libros de ciencias, al menos los que estaban en la biblioteca.
Cuando la mariposa se alejó, volví a lo que estaba haciendo, odiaba distraerme, pero no podía evitarlo.
El uniforme no era de mi agrado, pero sería mejor si no decía nada al respecto, sabía que todo era peligroso en un lugar desconocido. Debía estar al margen.
Me lo probé y sorpresivamente era de mi talla, no lo sentí incómodo, pero no era el tipo de prenda a la que estaba acostumbrada.
Miré el reloj de mi pared y sonreí. No sabía si era mío, pero se sentía bien tener uno, quizás lo desarmaría para ver que tenía dentro, me daba curiosidad. Eran las 17:26 y solo había un silencio rotundo en la habitación que me pertenecía temporalmente.
Volví a la cama y me senté en ella, no sabía que hacer, solo podía esperar a ser llamada.
¿De verdad quería estar aquí? Me cuestioné.
No, no quería. La respuesta llegó rápido a mi mente.
Era un lugar bastante insípido. Lo único que lo hacía un poco menos sobrio eran las riquezas que poseía, a cada paso había alguna estatua u objeto realmente costoso.
Me daba igual, no podía opinar, no tenía voz aquí.
Mientras pensaba en como pasar el rato logré divisar un libro sobre el escritorio frente a mi, ¿cómo era que no lo había visto antes?
Me dirigí hacia él casi por instinto y lo tomé. Era un libro de historia, no era fan de ese tipo de relatos, pero no había nada más para hacer.
Me recosté en la cama, abrí el libro y allí comenzó mi inmersión en la historia, fué mejor distracción de lo que creí, ya que cuando despegué mi vista ya había pasado casi una hora.
¿Cuánto tardaría esa tal “Tsunade” en necesitarme?
Me auto cuestioné mi pregunta, ¿acaso acababa de tratarme como un objeto a mi misma? Éste lugar estaba afectándome.
Un fuerte golpe en la puerta me desconcertó.
Abrí rápidamente y me encontré con mi cara menos preferida, Asuma.
-¿Qué ocurre?- Pregunté.
-Debes dirigirte al cuarto de Tsunade- Respondió.
-¿Ella me espera allí?- Pregunté.
-Tsunade no espera a nadie, no hagas más preguntas- Respondió seco.
Apenas sabía de ella y ya presentía que nuestro vínculo no sería el mejor.
Cerré la puerta de mi habitación y seguí a Asuma hasta el cuarto de la princesa.
Me sorprendía cada vez más a medida que descubría lugares de la casa, si es que así se le podía llamar.
Frenamos repentinamente luego de subir unas escaleras, al parecer habíamos llegado a nuestro destino, una puerta de madera con detalles dorados, conociendo parte de éste lugar, sabía que era oro real, ¿cuan estúpidamente rica era ésta familia?
Asuma abrió la puerta que se encontraba bajo llave y me dejó entrar.
-Si quieres comenzar bien, te recomiendo no tocar ninguna de sus cosas-
¿Se podía respirar acaso?
Asentí en respuesta, no gastaría mis palabras.
Él cerró y yo me quedé sola encerrada otra vez, seguro moriría de aburrimiento otra vez hasta que la princesa se dignara a aparecer.
Minutos después oí un ruido, la cerradura parecía estar siendo abierta y entré en pánico.
____________________________________________Holiiiii, estoy realmente muy feliz.
Espero que disfruten de éste capítulo mis chiquillos.
Los amo💘
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༒•Only my maiden.•༒
Fanfiction-Quiero ser esa persona que cure tus heridas, Tsunade- -Tsunashizu_shipper.