La joven pelinegra sería enviada a la estancia de los Senju para trabajar allí como doncella de la princesa.
A Shizune no le emocionaba su nuevo trabajo, pero bien sabía que era su obligación, necesitaba el dinero y estaba dispuesta a hacer lo que fuera por su familia.
Al llegar a la estación, decidió sentarse en uno de las ya deterioradas bancas para esperar que su destino se presentara ante ella en forma de un viejo tren.
Los pies le dolían, había estado todo el día de acá para allá, a su corta edad ya tenía tareas y responsabilidades.
La pelinegra descansaba su cuerpo mientras que pensaba en todos los sacrificios que había tenido que hacer y todo lo que entregó por ser un poco útil para sus padres y hermanita menor.
La joven había sido obligada a no asistir a la escuela para ayudar en la casa y trabajar, pero aún así, en sus pequeños momentos libres ella aprendió a leer y a escribir. Era muy inteligente.
El fuerte ruido del tren acercándose, la sacó de sus pensamientos.
Sin dudarlo ni un poco, Shizune subió su cuerpo al vehículo por inercia y se sentó en uno de los últimos asientos.
Su estómago vacío la alertó, no había ingerido nada en todo el día. Sacó de su bolso una manzana que había comprado en la mañana, eso sería lo único que comería, no necesitaba más.
Cuando el tren comenzó a moverse, simplemente se dedicó a observar por la ventana los paisajes hermosos que se encontraban en los alrededores de su pequeña ciudad.
La jovencita se preguntaba que pasaría con ella misma en un futuro cercano, al llegar a ese lugar repleto de niñas ricas y caprichosas, no sabía si podría con todo eso, pero lo mejor era esperar paciente y no pensar en esas cosas. Pasaría lo que Dios quisiera que pasara.
Sintió un frío repentino, había sido provocado por una brisa otoñal, ya casi era invierno y el frío era algo que Shizune sufría demasiado, las tormentas la aterraban y era realmente friolenta.
Tomó un abrigo de su mochila y se lo colocó, no podía permitirse llegar enferma en su primer día.
Ya habían pasado unas dos horas, o al menos eso creía, no tenía un reloj, nunca había visto uno real, pero sabía lo que era, amaba leer libros y algunas veces tomaba los diarios que la gente con dinero olvidaba en el bar en el que ella trabajaba.
Ahí estaba otra vez, el recuerdo de ese asqueroso bar, esos horribles hombres alcohólicos que siempre querían propasarse con ella aún sabiendo que apenas había cumplido los dieciséis años. Se sentía deshonrada cada vez que uno de ellos tocaba su indefenso cuerpo con lujuria, su mente quería distraerse de esos malos recuerdos y encontró algo interesante para hacerlo. El paisaje había cambiado, ahora estaba rodeada de bosques y no de montañas, eso significaba que estaba cerca de su destino
-¡Atención pasajeros! El destino Konoha está a una estación de distancia.- Comunicó el chófer haciendo que Shizune se alertara.
Tomó sus cosas otra vez y se preparó para bajar del tren. Cuando lo hizo se sintió desorientada, estaba en un lugar nuevo, un lugar al que nunca había ido y en el que nunca se había imaginado estar.
____________________________________________Espero que disfruten ésta nueva historia, ya que yo estoy amando escribirla<3
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༒•Only my maiden.•༒
Fanfic-Quiero ser esa persona que cure tus heridas, Tsunade- -Tsunashizu_shipper.