—¿Por qué exactamente— -Seokjin blandió su hacha con un gruñido —no puede tu marido ayudar con esto?—.
Recogió la mano perfectamente cortada y la metió en una bolsa de basura industrial antes de levantarse para tomarse un respiro. Desmontar cuerpos era un trabajo duro. Desmontar el cadáver de un motorista de cuatrocientos kilos vestido de cuero era casi imposible.
Jericho miró incrédulo a Seokjin. —¿Te imaginas a Pecas por aquí blandiendo un hacha en su Ferragamos?—.
Seokjin resopló. Pecas -o sea, su hermano, Atticus- solía desanimar y descuartizar a la gente todo el tiempo antes de enamorarse de un tipo que se sentía mucho más cómodo con el trabajo que él. Algunos creían que Atticus había hecho el voto de no hacer daño, pero Seokjin pensaba que Jericho probablemente tenía razón. Probablemente era por los zapatos. Su hermano era una puta de las etiquetas y un maniático del orden.
Seokjin suspiró, mirando el cadáver casi intacto. —Aun así, no me parece justo. No deberías tener que hacer siempre el trabajo sucio—.
Jericho bajó su hacha, amputando la pierna del hombre justo debajo de la rodilla. —Me gusta el trabajo sucio. Además, sabía en lo que me metía. El día que dije 'sí quiero' fue el día que tu hermano dijo que no lo haría. Es decir, que no matará a nadie más a menos que yo haya agotado todas las demás opciones. Si le llamara y le pidiera que viniera para esto, no echaría un polvo en un mes—.
Seokjin hizo una mueca, bajando la hoja de nuevo, esta vez separando el hombro del torso, siseando mientras gotas de sudor rodaban por su espalda y en las heridas abiertas dejadas por su pequeño reportero.
—¿Estás bien?— preguntó Jericho ante el sonido de dolor de Seokjin.
—Sí, bien—, dijo desdeñosamente. —¿Habría pensado que papá habría hecho del asesinato parte de los votos matrimoniales de los Mulvaney? Para bien o para mal. ¿Matar y desmembrar? Por los siglos de los siglos, amén—.
Jericho sacudió la cabeza. —No le consultamos nuestros votos matrimoniales—.
Seokjin echó un vistazo a la pequeña cabaña. Llamarla rústica habría sido generoso. En esencia, era una gran habitación vacía con una robusta mesa de madera, un fregadero encastrado en una losa de madera y un cuarto de baño en un rincón que hacía poco que estaba habitado. Eso era todo.
—¿No les compró Atticus esta cabaña del crimen -donde ustedes dos torturaron y mataron a alguien juntos por primera vez- como regalo de aniversario? ¿No implica eso la parte de sangre y vísceras de vuestro matrimonio?—
Jericho se rió entre dientes, cortando la otra pierna del hombre por debajo de la rodilla. —No. Me compró la cabaña donde nos conocimos después de que yo torturara y matara a un hombre. Sólo se comió una barrita de cereales. Además, una cabaña en medio de la nada con un lago lleno de peces carnívoros es el regalo que sigue dando esta familia. Y sigue matando conmigo en las noches de cita—.
Seokjin soltó una risita, viendo cómo Jericho metía la carnosa ternera del hombre en otra bolsa de basura. —¿Cómo has traído a este tipo hasta aquí?—
Jericho se encogió de hombros. —Le prometes a un pedazo de mierda como éste una bolsa llena de armas y dinero y está más que feliz de conducir su culo hasta la puerta de tu casa—.
Seokjin se secó la frente con el antebrazo. —Vale, ¿pero no se te ocurrió que necesitarías ayuda para sacarlo de aquí?—.
Jericho miró a Seokjin como si fuera estúpido. —Claro que se me ocurrió. August estaba en la lista. Iba de camino cuando recibió una llamada de Lucas y tuvo que dar media vuelta.—
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Necessary Evils 4
FanfictionAdaptación -Just to let you know- Seokjin Top Jungkook bottom Cuarto libro de la saga.