Once - Jungkook

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Jungkook esperó a que Seokjin dijera algo una vez que estuvieran de vuelta en el coche, pero permaneció inquietantemente callado. —Le dijiste a tu hermano que estábamos saliendo—, dijo finalmente.

—Mm—, respondió Seokjin, sin comprometerse.

Como Seokjin no dio más detalles, preguntó: —¿De verdad vas a presentarme a tu padre?—.

Seokjin siguió mirando al frente. —Sí—.

Jungkook miró a Seokjin a los lados de la cara, tratando de adivinar lo que pasaba por su cabeza. —¿Qué le vas a decir?—.

—La verdad—.

Jungkook abrió mucho los ojos. —¿La verdad? ¿Vas a decirle a Thomas Mulvaney que te engañé para que me llevaras a tu casa, donde dejé que me acosaras y me follaras en el suelo de tu mazmorra sexual? ¿Después de lo cual, te seguí al bosque donde te filmé desmembrando un cuerpo antes de que me aturdieras, secuestraras y esposaras a un radiador, y luego me chantajearas para que hiciera de Dr. Watson para tu Sherlock? Como... ¿eso es lo que le vas a contar a tu padre?—.

Los labios de Seokjin se crisparon. —Quizá no con ese nivel de detalle, no. Pero voy a contarle la situación—.

Jungkook se dejó caer contra el asiento del copiloto. —Me va a matar—.

Seokjin suspiró, volviéndose para mirarlo. —¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Mi padre no mata a inocentes. En vez de eso, va a matarme a mí—.

—¿Y si decide que no soy inocente?—. Jungkook contraatacó.

—Entonces te mantendré a salvo—, prometió Seokjin, encontrándose con la mirada de Jungkook de una manera que hizo que su corazón se acelerara pero también lo puso nervioso porque no estaba mirando el camino por delante.

Seokjin era un completo y total alucine. En veinticuatro horas, había puesto patas arriba toda la vida de Jungkook.

¿Qué vida?

Jungkook suspiró. Lo último que necesitaba era la voz sarcástica de Gage revoloteando en su ya confuso cerebro. —Ahora no—, murmuró.

Seokjin levantó una ceja, con tono divertido. —¿Perdón?

—Nada—, dijo Jungkook, con las mejillas sonrojadas.

—No, definitivamente has dicho algo. Ahora no, ¿qué?—

Jungkook lo fulminó con la mirada. —Si sabes lo que he dicho, ¿por qué has dicho perdón?—.

Seokjin se rió. —Sé lo que dijiste. Sólo que no sé por qué lo dijiste—.

—No importa. No estaba hablando contigo—, resopló Jungkook.

Seokjin sonreía ahora. —Bueno, soy el único aquí. ¿Con quién hablabas?—

Con mi hermano muerto. —Conmigo mismo—.

La mirada de Seokjin se desvió de la carretera. —¿Te dijiste a ti mismo 'ahora no'? ¿Qué era lo que querías y para lo que no tienes tiempo?—.

Jungkook sintió que se le calentaba la cara. —Déjalo estar—.

Seokjin dio un tirón al volante, tirando a un lado de la carretera y aparcando antes de girarse para mirar a Jungkook, con los ojos azules brillantes. —Oh, ahora sí que no lo voy a dejar pasar—.

El corazón de Jungkook golpeó contra sus costillas, tanto por la terrible conducción como por el enfoque de Seokjin en él. —¿Estás loco?—

—Ambos sabemos la respuesta. Ahora, responde a la pregunta—.

Necessary Evils 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora