Capítulo V

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Una semana desde que Hyoma Chigiri había regresado, y su nombre ya no se escuchaba por ningún lado. Incluso en el club se estaban tratando otros temas hasta el próximo partido que sería en una semana.

—¿Tiene algún sentido venir a ver los entrenamientos?— preguntó la apellidada Takeuchi, comiendo con cansancio.

—Es solo una vuelta. Además, vengo a preguntarle al entrenador, en nombre del club, sobre el pronóstico del siguiente partido y contra quién será.

—Chigiri sale de escena y pisarás el campo por primera vez— comentó con sorpresa Kioko.

—Me daba vergüenza...— murmuró al tiempo en que se encogía de hombros.

—Entonces si es así, iré a comprarme algo para tomar. Siento las galletas atoradas en la garganta— indicó y se detuvo en el pasillo que llevaba a la salida del área libre de entrenamiento —. ¿Quieres algo?

—Estoy bien, gracias— asintió para ver a su amiga marcharse en otra dirección.

Giró sobre sus talones para finalmente salir, y no tardó en ver a varios muchachos practicando unos ejercicios dentro del gran rejado e incluso gritándose indicaciones entre ellos.

Y pensar que hasta hacía poco estaba allí el muchacho de cabellos rosados rojizos. ¿Dónde se hallaría ahora?

Cuando volteó en otra dirección, casi se detiene de la sorpresa: Chigiri se hallaba parado con sus muletas junto a las bancas, viendo a los demás sin emoción alguna.

Había comenzado a sentirse nerviosa. Respiró profundo y retomó su velocidad anterior de andar, para llegar a la puerta que dejaba ingresar en el enrejado, mirando fugazmente a todos.

Comenzó a sentirse más nerviosa al no lograr divisar al entrenador por ningún lado. No quería que su opción para preguntar fuese Hyoma. ¿Y si soltaba una cosa sin sentido por estarlo pensando tanto?

Incluso ya tenía en mente el retirarse lentamente antes de que alguien la viera.

En un momento, sus ojos se detuvieron sobre una figura en mitad del campo que se hallaba parada y viendo a donde estaba. Era Junichi Wanima y, cuando este notó que la veía, asintió con la cabeza en forma de saludo para seguir con lo suyo.

Con una sonrisa congelada pestañeó sin comprender nada. ¿Por qué esa tarea no se la había dejado a alguien más? Era la primera vez en mucho tiempo que salía a hacer tarea de campo como aquella. Siempre se sentaba detrás de su monitor a leer los borradores, corregirlos en algunas cosas y en animar a los demás.

—¿Necesitas algo?

Ante ese tranquilo tono, volteó al chico que se acercaba a ella, ayudándose con las muletas. No podía creer eso.

—Hola, Chigiri— sonrió y asintió, dirigiendo la mirada a otro punto —. Yo... solo estaba buscando al entrenador para unas preguntas— y volvió a él.

—Salió hace unos minutos para charlar con el director. Debe estar por regresar.

La tranquilidad que le estaba transmitiendo con sus palabras llegaba a provocar que su corazón se acelerara. Era tan lindo de cerca. Aquella era la primera vez que conversaba con él.

—Bien, tendré que espera-...

No logró terminar por escuchar un fuerte pelotazo contra el enrejado, ocasionando que Inoue se asustara y soltara un pequeño grito.

Aquello había sido a propósito.

—¿Estás bien?— preguntó arqueando una ceja con incredulidad, y ladeando la cabeza.

—Sí, sí.

Sacudió la cabeza, tratando de calmarse y esfumar el calor que sentía en el rostro. Estaba completamente sonrojada de la vergüenza. Primero por hablar con él, segundo por esa reacción inesperada por estar centrada en estar calmada.

—Entonces...— Hyoma desvío la mirada hacia la banca de la que estuvo cerca, la cual estaba desocupada —¿quieres ir a sentarte allí?

—Está bien— asintió suavemente.

Quizás, debía de seguir una conversación con él.

Vio como se daba la vuelta con cuidado para alejarse. Tímida, lo siguió a paso lento. Rodeó la banca y tomó asiento, mientras que él se volvía a quedar parado en el lugar de antes.

Apoyó sus manos sobre las piernas mientras acomodaba ligeramente su falda, mirando el suelo próximo a sus pies. ¿Cómo debía de intentar hablarle? Tenía una pregunta para hacerle, pero parecía que el ratón le había comido la lengua.

—Eres del club de periodismo, ¿cierto?

Alzó la mirada rápidamente para voltear a verlo, y asentir cuanto antes.

—Sí, soy del club de periodismo— afirmó para ver su expresión como si una duda en sus pensamientos se acabara de aclarar, sin verla en ningún momento.

Tragó saliva para desviar su punto de vista.

—¿No... quieres sentarte?— preguntó ________, sin haberlo pensado.

Hyoma regresó a la joven al tiempo en que ella le devolvía la mirada.

—No me siento cómodo para sentarme aquí, en esta condición...

Y dejó de darle la cara. Si no podía estar cómodo allí, ¿por qué seguía yendo?

—Vi ese partido...— comentó la fémina de la nada, soltando un pequeño suspiro —Realmente lamento eso...

No obtuvo respuesta de su parte, cosa que la puso más nerviosa, y los insultos que gritaban algunos no le ayudaban mucho.

—Admiro demasiado tu pasión por el fútbol y el como juegas— se reacomodó en su sitio, estando cabizbaja.

—Supongo que gracias.

Ante una pequeña risita por parte de Hyoma, regresó confundida.

—Eres la única persona hasta ahora que me ha dicho algo así desde la lesión— alzó la cabeza para seguir viendo el entrenamiento, con una pequeña sonrisa —. Y no lamentes nada, no fue tu culpa...

Una curva así en su rostro, era más que encantadora. Los nervios regresaron a ella, mientras trataba de hacer un ejercicio de respiración para que no le subiera el calor a sus pómulos.

A los segundos, no hubo comentario alguno al respecto. _______ no sabía qué decir, y se dispuso a ver como sus manos jugaban entre ellas.

—A todo esto, ¿cómo te llamas?

Pestañeó y de nuevo lo vio, mientras que él la veía.

—Perdón si no me presenté— sonrió tímidamente —. Me llamo _______ Inoue. Un placer, Hyoma Chigiri— asintió.

—Lo mismo digo.

Ay, ay, aaayyyyyyyyyyy

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Ay, ay, aaayyyyyyyyyyy

Próximamente actualización: viernes.

Besos ♥

PANTERA |Hyoma Chigiri y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora