Aether saldría del restaurante y empezaría a ir en camino a la Cámara de Jade y adentra en las sombras, observando desde la distancia al grupo de Mondstandt que se había reunido en Liyue. Paimon, Jean, Lisa, Amber y los demás aventureros recorren las calles, preguntando a los comerciantes y a los lugareños si han visto alguna señal de Aether. El corazón de Aether se llena de emoción al verlos, pero decide mantenerse oculto, queriendo mantener cierta distancia para mostrar que no ha perdonado tan fácilmente su falta de apoyo en la búsqueda de su hermana.
Desde su escondite, Aether escucha la conversación del grupo mientras interactúan con los comerciantes. Jean, con un tono de disculpa en su voz, intenta recopilar información sobre el paradero de Aether, mostrando su arrepentimiento por su falta de apoyo anteriormente.
Jean: (con tono sincero) Disculpen, ¿han visto a alguien con cabello dorado y una vestimenta viajera? Estamos buscando a nuestro compañero, Aether. Cometimos un error al no brindarle todo nuestro apoyo cuando más nos necesitaba, y ahora queremos enmendarlo y encontrarlo.
Lisa: (con una expresión preocupada) Es cierto, hemos aprendido la importancia de la lealtad y el apoyo incondicional entre nosotros. Aether es parte de nuestro equipo, y no descansaremos hasta encontrarlo y demostrarle que estamos verdaderamente comprometidos.
Aether, escuchando estas palabras, siente una mezcla de alegría y satisfacción. Aunque quiere demostrarles que no les ha perdonado fácilmente, también aprecia su genuino deseo de encontrarlo y hacer las paces.
Sin embargo, Aether decide seguir su propio camino por el momento, manteniendo su distancia y evitando un encuentro directo. Sabe que, tarde o temprano, deberá enfrentar sus sentimientos y hablar con ellos, pero por ahora, prefiere continuar su búsqueda en solitario, sin revelar su paradero.
Aether: (en voz baja, para sí mismo) Agradezco su deseo de enmendar las cosas, pero todavía no estoy listo para enfrentarlos. Tengo asuntos que resolver por mi cuenta. Pero llegará el momento en que nos reuniremos nuevamente y aclararemos todo.
Aether regresó al restaurante de Xiangling, sintiendo cierta incomodidad y nerviosismo por volver a enfrentarse a su reacción celosa. Al entrar, la encontró ocupada en la cocina, pero ella rápidamente notó su presencia y dejó a un lado los utensilios con una sonrisa forzada.
Xiangling: (con voz forzada) ¡Oh, Aether! ¿Viniste solo para comer otra vez? Seguro que tienes un apetito voraz, ¿verdad?
Aether: (tratando de ser amable) En realidad, Xiangling, necesito un favor. Me preguntaba si podrías esconderme en tu casa por un tiempo. No quiero que nadie me encuentre.
Xiangling, con una mirada algo perdida, comenzó a malinterpretar las palabras de Aether, dejando volar su imaginación.
Xiangling: (con una sonrisa algo perturbadora) ¿Oh, Aether? ¿Quieres esconderse en mi casa? No hay problema, puedo protegerte y cuidarte, nadie te encontrará. Será nuestro pequeño secreto.
Aether: (nervioso) Bueno, en realidad, no es tan dramático. Solo necesito un lugar seguro por un tiempo hasta que todo se calme.
Xiangling agarró la mano de Aether con una expresión dominante y macabra, intimidándolo ligeramente.
Xiangling: (con voz suave y controladora) No te preocupes, Aether. No dejaré que nadie te encuentre. Serás mío y de nadie más.
Aether se sonrojó por la intensidad de la mirada de Xiangling y la forma en que ella malinterpretó sus palabras. En su cabeza, se preguntaba por qué había decidido regresar al restaurante y pedirle ayuda a Xiangling, sabiendo cómo podía reaccionar.
Aether: (tratando de mantener la calma) Xiangling, en serio, no es lo que estás pensando. Solo necesito un lugar seguro por un tiempo, no estoy buscando...
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Renuncia y Redención
RandomAether, el valiente viajero que había sido separado de su hermana Lumine durante siglos, finalmente despertó en el mundo de Teyvat. Habían pasado 500 años desde que ambos habían sido arrastrados por una fuerza desconocida y, durante todo ese tiempo...