CAPITULO 6

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Bueno…. Me tengo que ir julio, un gusto conocerte– me di la vuelta y seguí caminando
 
–¡EL GUSTO ES MÍO!– me grito cuando ya estaba lejos de el
 
Eso me hiso reír, el chico era agradable y tenía algo que te hacía sentir cómoda, camine hasta la casa y cuando llegue encontré a Nayeli sentada en la banqueta con el teléfono en la mano, al verme lucía algo molesta pero cuando le platique todo que había pasado en el partido de fútbol y lo mucho que me dolió darme cuenta que solo había jugado conmigo me dio un abrazo y me dijo:
 
–Es un idiota, como quisiera tenerlo enfrente para darle una patada en las bolas– dijo furiosa
 
–Tranquila Nayeli, si duele mucho pero tal vez la culpa fue mía por ilusionarme y hacerme creer que un chico como el se fijaría en mi– mi voz se quebró y una lágrima rodo por mi mejilla
 
–Tu no tienes la culpa de nada me oíste, la culpa es de el por llenarte el oído con mentiras y palabras dulces– se levantó y me volvio a jalar suavemente del brazo para abrazarme
 
Ese día lloré, llore por que me deje engañar por un chico al que no tenía ni un poco de vergüenza, de un chico que solo le gustó pasar un buen momento con una niña tonta a la que sabia que ilusionaría y rompería el corazón, desgraciadamente para mi yo era esa niña tonta pero tenía que demostrar que no me había dolido y que no era tan tonta como todos habían pensado.
 
Al pasar los días mi rutina siguió siendo la misma, me levantaba temprano, me arreglaba y me iba a la secundaria, en la escuela todo estaba tranquilo y aunque no era muy matadita para el estudio hacía lo mejor que podía, un día de esos se me hiso algo tarde y salí de la casa casi corriendo para que el autobús no me dejara, pero en cuanto salí de la casa y camine unas cuadras me tope con John, el al verme se me fue acercado y yo solo pensaba “no puede ser" al estar más cerca detuvo su paso para que fuera yo quien se acerca, al ver lo que pretendía le pase de largo pero el fue más rápido y me tomo del brazo diciendo:
 
–¡Ana, tenemos que hablar!– se acercó a mi pero de inmediato lo empujé
 
–Yo no tengo nada que hablar contigo John así que suéltame y déjame en paz– dije molesta
 
–No voy a dejarte en paz hasta que hablemos, por favor– sonaba arrepentido pero obvio no volvería a creerle
 
–No, que aparte de no tenemos nada que hablar no entiendes– intente soltarme pero el me jalo y teniendo más fuerza empezó a caminar llevándome con el
 
–Lo harás por las buenas o por las malas pero de que vas a escucharme lo harás– dijo
 
–¡Si no me sueltas voy a gritar!– lo amenace
 
–Hazlo a ver que cara pones cuando todos los de la colonia se enteren que estas conmigo– volvió a decirme pero seguía caminando por unas calles que no conocía 
 
–Yo no tengo nada que ver contigo, te recuerdo que tu tienes novia y que yo solo fui tu juguete, el cual ya no volverás a usar– le dije tratando de soltarme de su agarre
 
Pero al ser más grande, tenía más fuerza que la mía y yo no quería gritar, para empezar eran las 6:30 de la mañana todos los vecinos estaban durmiendo y a decir verdad me aterraba que me vieran con el y empezaran los chismes sobre si teníamos algo o no además de que me aterraba la idea de que mi mamá se enterara, llegamos a una casa color naranja muy bonita, el metió la mano en su bolsillo y saco unas llaves las cuales abrían la puerta de la entrada, al ver que quería meterme a esa casa mis 5 sentidos de alarma se activaron y empecé a forcejear con el
 
–Suéltame John, que te digo que me sueltes– y dándole un golpe en la mano logre soltarme provocando que este me abrazara por detrás y le metiera a rastras dentro de la casa
 
Ya dentro de la casa, volvió a cerrar la puerta con llave, voltio a mirarme y me dijo:
 
–Si quieres salir de aquí tendrás que meter tu mano y sacar las llaves que abren esa puerta– dijo en doble sentido y guardo las llaves en su pantalón
 
–¡ERES UN IMBÉCIL!– grite
 
–Tal vez, pero un imbécil al que mueres por volver a besar– dijo acercándose a mi
 
–Jajá por favor, no eres el único chico al que he besado, que eso te hiciera creer fue diferente– retrocedí con una sonrisa en mis labios
 
Creo que fue mala idea decirle eso por que cambió su expresión de creído a estar realmente molesto, me tomo de la cintura y me pego a el con brusquedad, mi corazón latía aceleradamente, no se que tenía pero no podía odiarlo después de todo lo que me hiso y aunque sabía que estaba muy mal no podía sacarlo de mi corazón, quería estar con el pero no podía olvidar lo que me hiso y me sentía tan frustrada por que a pesar de todo con su simple toque me aceleraba el corazón.
 
Fue en ese momento donde el pego sus labios a los míos y todo se fue a la mierda, mis labios empezaron a moverse al compás de los suyos y por más que quería detenerlos era como si tuvieran vida propia y exigieran los suyos, dejamos de forcejear y el suavemente aflojó su agarre para así yo empujarlo con fuerza haciendo que este cayera al piso.
 
–Hey por que tanta agresividad, si lo que quieres es hacerlo en el piso esta bien , no tenías que aventarme así– dijo haciendo que mis mejillas se calentaran
 
–Pero que estupideces estas diciendo, déjate de juegos y dime que demonios quieres a y otra cosa, me vuelves a besar y no respondo– dije amenazante
 

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