Narra Ta:
Mi nombre es Ta Nannakun, nacido en una familia de alfas dominantes y se esperaba de mí, que yo también fuera un Alfa fuerte y que tuviera el control de una parte del negocio familiar. Grande fue la decepción de mis abuelos al descubrir que yo soy solo un Omega, el primero después de varias generaciones llenas de alfas.
Fue una deshonra para toda la familia, me vi atacado por todos, menos por mis padres y hermanos, es más, mis hermanos mayores Mile y Bible, eran los que siempre me andaban protegiendo. Fue duro lidiar con la verdad, mis padres, ambos son alfas natos, nacidos de una pareja de alfas y mis hermanos también, pero me contaron una historia...
- Entonces. ¿No eres mi papá? - Pregunté con lágrimas en mis mejillas.
- Lo siento, teníamos la esperanza... Tu madre y yo pasamos por un traspié en nuestro matrimonio hace poco más de 18 años y fue cuando quedó embarazada de ti. Pero no llevas mi sangre.
Mis padres lloraron conmigo, me abrazaron y me dijeron que no importaba lo que pasara a partir de hoy, que siempre tenga presente, lo mucho que ellos me aman y supe que algo malo sucedería. Mi vida con ellos, no fue mala; me trataron bien, mis hermanos no veían diferencia entre nosotros, igual me querían sobre todas las cosas.
Me enseñaron a defenderme, y generalmente, siempre estaban allí para ayudarme con cualquier alfa que quería sobrepasarse conmigo, aunque como todo lo bueno, hubo algo en lo que no pudieron intervenir. A pesar de que Bible fue quien más despotricó, mi familia ya no me quería cerca, porque soy el primer Omega después de una larga línea de alfas.
- ¡Mamá, no puedes permitirlo! - Se alteró Mile.
- ¡Entiendan que estamos sometidos a lo que digan sus abuelos! - Contestó mi papá, con un gran dolor en su corazón. Mi mamá por otra parte, se levantó del sofá y vino a abrazarme.
- ¡Perdóname! ¡Todo esto es mi culpa!
Podría considerar que ese fue el momento más emotivo de mi familia, ese momento en el que se me informó que mi futuro ya estaba marcado, y que ser un Omega, jamás sería aceptado. Mis hermanos se pelearon incluso con mi abuelo, a mí ni siquiera quisieron recibirme, no hay peor dolor que el hecho de que mi propia familia me repudie.
Pronto, mis padres empezaron a llevarme a convenciones de omegas y alfas, donde estos últimos, podían comprar al Omega que ellos quisieran y darles el uso que quisieran, como si de objetos se tratara. No podía ver ni hablar con nadie en aquellos lugares, y tampoco podía llorar, ya era bastante malo estar rodeado de omegas que jamás soltaban sus dolorosas lágrimas.
- ¿Qué tenemos aquí? - Pregunta un alfa, cuyo olor me pareció muy fuerte, pero bastante agradable.
- Este es mi hijo... - Levanté mi rostro y ojos se toparon con los suyos, que se veían muy fríos, como su tono de voz. - ... Su precio es de 2 millones.
- Dime, ¿qué tan bueno es lo que me ofreces en esta puta para que cueste tanto? - Se queja y tuve que bajar mi mirada, sintiéndome completamente humillado.
- No importa la labor doméstica que necesites, él podrá hacerlo todo. Por eso su precio.
¡Mentiras! Mi padre me lo dijo antes de venir aquí, ningún alfa está dispuesto a pagar más de 1 millón por Omega, así que él me puso un precio elevado para que nadie me comprara. Así cuando volviéramos a casa, no podían decir que no lo intentó, pero lo que no vio venir, es que este alfa estaría en una de esas horribles convenciones.
- Si no hace todo lo que yo diga, me devolverás mis 2 millones, más 1 millón por hacerme perder el tiempo, eso claro, si quieres vivir.
Mi padre y yo casi nos fuimos de espalda cuando aquel alfa sacó una maleta llena de dinero, para entregársela a mi papá y entonces sí, ya no había escapatoria, habían logrado venderme. Mi papá pidió que me llevaran a casa al menos para despedirme de mi madre y mis hermanos; creí que jamás volvería a verlos, pero este alfa accedió.
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Un Alfa Obsesionado "JeffTa"
ФанфикTa: No puedo volver a ese infierno... Jeff: Él es mío y si no puedo tenerlo... Nadie más podrá...