Narra Ta:
Tenía tres meses de embarazo cuando Jeff entró en coma; tras pasar un mes, empecé a desesperarme, se supone que él no debería estar en el hospital y menos que se sacrificara por mí. El doctor dijo que debía hablarle constantemente para que él o su alfa pudieran escucharme y que así por lo menos, lo mantendría alerta.
Con lo que definitivamente no contaba, es que mientras lo amenazaba cuando me desesperé de que no despertaba, él estaría con sus ojos bien abiertos y viéndome fijamente. Aunque todo dejó de importar, cuando Jeff me besó, incluso olvidé que debía llamarlo alfa; y me deleité con ese beso que comenzó siendo bastante tierno y suave.
- Mi Omega, mío todo mío... - Decía mientras besaba mi cuello y me acomodaba en la camilla para que yo quedara debajo de él.
- Jeff, espera... - Agradezco tanto que le hayan quitado todos los medicamentos hace una hora, así que no había nada que se interpusiera para que él me moviera a su antojo.
- Bien. - Se aleja un poco y lo veo sorprendido.
- ¿Por qué te detienes? - Le reclamo.
- Dijiste que esperara. - Me contesta con una notable desesperación.
- ¿Y desde cuándo me haces caso?... ¡No, no te detengas!
Los labios de Jeff succionaron rápidamente los míos, hasta el punto de que empezaron a doler, pero no quería detenerlo, de verdad quería que siguiera, no entiendo, solo sé que lo amo. Tengo miedo de mis propios sentimientos, porque aún creo que son de mi Omega interno y no realmente míos; pero este Jeff de hoy, está muy sumiso conmigo y eso me gusta.
Su lengua buscó entrar en mi boca y cuando lo logró, se enlazó fuertemente con la mía; rodeé su cuello y hombros con mis brazos, además de revolver su alargado cabello con mis manos. Como mi pancita no está tan grande, pude sentir su pene al momento de ponerse erecto, estaba presionando en mis muslos y mordí levemente su labio de la excitación.
- ¿Te duele algo? - Le pregunté cuando besó mi cuello.
- Aquí... - Señaló mi pecho, a la altura de mi corazón. - Yo te lastimé. - Se acostó sobre mi pecho y sentí sus lágrimas mojándome. - Por favor, perdóname. Juro que no volveré a hacerte daño; solo dame una segunda oportunidad.
- ¿Que me garantiza que no volverás a lastimarme? - Acaricié su cabello y limpié sus lágrimas mientras hacía que me mirara a los ojos.
- Juro por la vida de mi madre y la de nuestro cachorro que no lo haré de nuevo. Quiero estar contigo de verdad, siempre lo quise; pero fui tan idiota que no sabía cómo decírtelo y te lastimé. Yo... Por favor, quédate conmigo para siempre, y prometo que no te haré daño de nuevo. Solo te daré amor y felicidad. - Ahora yo también estaba llorando con tan hermosa promesa.
- Meg te dijo al fin que es tu mamá. - Dije con dificultad para respirar.
- Al parecer hasta para eso soy un idiota. La tuve a mi lado todo el tiempo, pero todo lo que pasaba a mi alrededor, no me dejaba verla con claridad.
- Eso aparte de que es un imbécil. - Alega mi Omega en mi interior y me reí.
- ¿Qué dijo de mí? - Fingí ignorancia, pero él me presionó. - Te reíste y yo no dije ningún chiste. Así que dime, ¿qué dijo de mí?
- Que eres un imbécil. - Levantó las cejas sorprendido y sonrió.
- Pues este imbécil te ama, Ta. Siempre te amé, desde que te seguí cuando saliste del baño en la subasta. - Su confesión casi me dejó sin aliento. - Mi alfa te reconoce como mi Omega y fue por eso que estuve dispuesto a pagar todo lo que tu padre me exigió.
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Un Alfa Obsesionado "JeffTa"
Hayran KurguTa: No puedo volver a ese infierno... Jeff: Él es mío y si no puedo tenerlo... Nadie más podrá...