𝒯𝒽𝒾𝓇𝒹 𝒞𝒽𝒶𝓅𝓉ℯ𝓇. 𝒴ℴ𝓊 𝓌𝒽ℴ 𝒷ℯ𝒶𝓇𝓈 𝒶𝓁𝓁 𝓎ℴ𝓊𝓇 𝓉ℯℯ𝓉𝒽...

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Tomioka Giyuu. Una persona que a pesar de sus defectos le consideraban alguien que admirar, alguien que jamás ha dudado en su trabajo como cazador de demonios. Alguien fuerte. Un protector aunque él no se viese de esa manera.

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La hora de su misión había llegado. Tuvo que preguntarle a Kyojuro Rengoku, Pilar de la Llama, qué carajo había pasado en la reunión, sabía que al menos él no se burlaría de él por no prestar atención. Aunque sí se llevó una ligera reprimenda por no prestar atención al Patrón. Pero aún así le explicó con calma:

“Un demonio ha acabado con varios cazadores y civiles en un pueblo cercano. Sospechan de una Luna aunque desconocen si será una Luna Superior o Inferior, ya que ninguno de los cazadores que fueron a investigar regresaron.”

Y luego de eso, Rengoku dijo una broma como “No te preocupes, no te pasará nada, eres fuerte y me sorprendería si Tomioka dejara que te dañaran.” ¿Hablaba de la experiencia? Porque no le sentó en ninguna gracia. ¿Por qué tendría que contar con ese idiota? Ese infeliz tiene suerte que yo vaya con él, así tal vez no se termina matando.

Sí, aún recordaba los pensamientos del Pilar del Agua, de vez en cuándo le daban un ligero escalofrío. No es mentira cuando decía que no le agradaba, pero no le deseaba algún mal, quién sabe, tal vez incluso le daría pena que llegara a morir. Tomioka era mayor que él, sí, pero aún así siempre actuaba más reservado. Casi podía sentirse como si hablara con un niño que apenas, apenas, aprendía a hablar. Y fue entonces que se quedó pensando, perdiendo la noción del tiempo.

«Me pregunto, ¿por qué no habla? Al menos le agradaría más a las personas... tal vez incluso si sonriera podría verse más atractivo...» Y por un momento sintió su mano tensarse, quería darse una cachetada, incluso sintió el impulso llegar hasta su hombro. Y obviamente , mandijo el la razón por la cual Tomioka no llegaba y lo dejaba a solas con su propia mente traicionera.

Ya no es divertido. Es triste.

—Shinazugawa.— gracias al cielo ya no tendría que esperar más. El imbécil había llegado, aunque de cierta manera no estaba del todo seguro si este tipo llegaría a ser un alivio.

—Vámonos de una vez, no quiero gastar más tiempo del necesario en ésta misión contigo.— pronunció sin girar a verlo, cosa que hizo sentir ligeramente mal al Pilar del Agua, él en verdad deseaba poder llevarse bien con el resto de pilares, no le gustaba estar solo, sólo que no entendía de ciertas "normas sociales" que al parecer todo el mundo seguía. Todo chiquito, todo bonito.

Y tras un asentimiento de cabeza ambos comenzaron a correr en dirección al pueblo al que tenían que hacer su misión, la Prefectura de Gunma.

(N/A: amigos, verdad de Dios que yo intento pero al chile no sé nombres de ninguna parte de Japón, no le hagan caso, igual esta historia no sigue el Canon, ni siquiera de la realidad de Japón por si en algún momento me saco algo del culo, nada más busco lugares que suenen mamalón y pongo el nombre, pero hay algo chistoso, dentro de la Prefectura de Gunma, hay un pueblo que se llama Tomioka, está cagadito el lugar.)

El viaje transcurrió sin una palabra, sin un sólo sonido más que el de sus pies rompiendo hojas secas a su paso...

Ojalá pudiera decir que se comportaron civilizadamente hasta llegar ahí... ojalá pudiera, de verdad, pero mientras más minutos pasaba cerca del Pilar del Agua, el Pilar del Viento ideaba nuevas formas de desaparecer al sujeto, su mente no dejaba se volar entre cosas como un árbol (arce japonés) del que descubrió cada maldita propiedad y característica de esa estúpida planta gracias al pelinegro, incluso alcanzó a pensar en las malditas hormigas que se subieron a su pie, POR MINUTOS ENTEROS.

—Tomioka...— llamó su atención el de ojos morados, su tono de voz no era amigable, tal vez era todo, menos amigable. Tal vez incluso el sonido de un demonio come-hombres o una bestia de los cuentos para asustar a los niños sería más acogedor que la voz que Shinazugawa utilizó en ese momento.

—Mande.— el chico de ojos azules giró su rostro para encarar a su posible homicida.

«Qué malhumorado...» ay Tomiokita, gracias a tu divagante mentecita terminaste corriendo por horas a través del bosque hasta llegar al pueblo con lo que parecía ser el tipo de Masacre en Texas detrás de ti. Y lo peor de todo es que nunca entendiste por qué te dio ese golpe en la cabeza.

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839 palabras yeii.
Chicos, chicas y chiques, salí de vacaciones fuera de mi ciudad así que por eso no actualicé antes, tal vez pueda actualizar más pronto...

¿Por qué tanta raza empezó a leer esto? Ninguna de mis historias nunca tuvo el alcance que tiene esta, espero no decepcionarlos, en fin, el capítulo está dividido en dos jiji, espero subirlo pronto. 🤍

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