Nunca me imaginé llegar aquí,
ni siquiera en mi niñez y adolescencia. Nunca imaginé que mis desiciones pudieran tomar un rumbo tan incierto, creí en todo momento
que estaba haciendo lo correcto,
pero me equivoque, cometí errores
y cómo iba saberlo.
No es mi culpa,
no es mi culpa,
no es mi culpa, lo pienso, lo escucho, pero no lo entiendo, aun no lo creo.Nunca me imaginé que mis temores fueran tan diferentes a los que tenía de pequeño,
porque en aquel entonces le temía a la oscuridad,
pero ahora, nunca me había sentido tan cómodo y atraído por ella.
Tan confortable y al mismo tiempo la mayor señal de mi debacle.
Es que en la oscuridad el vacío no se aprecia, pareciera no estar ahí, no existir.
Mi habitación sin luz es el reflejo de mis entrañas.
No lo imaginé así,
no imaginé mi vida de esa manera,
no imaginé mis dolencias con tal magnitud,
no imaginé que en vez de huir de la muerte, al contrario,
la acercaría más y más a mí.
No huyo, no escapo, simplemente espero.
No es mi culpa,
no es mi culpa,
nunca lo fue,
no lo será.
Tal vez sea cierto, pero mi responsabilidad nadie la puede quitar.¿A quién culpo, a quién acuso de mi desfalco?
Hoy no soy más que un mueble en mi cuarto.
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Mi Introspección
PoetryUna mirada al fondo de mi alma, un viaje hacia los sentimientos más entrañables dentro de mi ser. La búsqueda del sentido en el punto más recóndito de mi existir. Y es que hasta mi existir se vuelve incógnita. Mis sentimientos se convierten en pesar...