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       | ⚠️ Mención de acto sexual ⚠️ |

La sensación de ahogamiento que sentías superaba el temblor en tu mano derecha, la cuál se encontraba en tu boca para callar ese grito que no podías soltar.

Okura, quien era tu pareja por más de dos años se encontraba penetrando continuamente a Yoko, quien supuestamente era tu amiga, la misma que te había presentado a tu pareja.

Sentías el temblor por todo el cuerpo, las lágrimas salían sin permiso mientras que los gemidos de Yoko resonaban por toda la habitación.

Nunca se está preparado para este tipo de encuentros, por ende, no sabías cómo deberías reaccionar, ¿Entrar y gritarle?, ¿Culpar a Yoko y perdonar a Okura?, ¿Irte en silencio y llorar? No, ninguna parecía la mejor opción pero el fuego en tu pecho se hacía cada vez más grande.

Limpiaste las lágrimas que caían y tras soltar un leve suspiro, ingresaste a la habitación provocando que la pareja dejara de realizar sus movimientos obscenos.

— t/n... — Okura susurró tu nombre, en su voz se escuchaba el arrepentimiento de ser descubierto.

— ¡Esto no es lo que parece t/n!, ¡Podemos explicarlo! — Yoko intentaba calmar su respiración.

Sin mirarlos, tomaste una maleta para guardar tus pertenencias más indispensables, agradecias que sucedió en la casa de Okura y no en la tuya.
El ambiente en el que estabas era el más tenso de toda tu vida, nadie pronunció palabra alguna después de tu silencio.

Al terminar de guardar tus pertenencias, tus ojos se dirigieron a la pareja, que para variar seguía en su posición — Ocúpate bien de el Yoko, no quiero que se convierta en un perro faldero pidiendome perdón—

Y sin más, saliste de aquella casa para dirigirte a la tuya, sorprendentemente ya no salían lágrimas, solo estaba presente el dolor en tu pecho.

—Maldición…

| OCCHIALI CON STELLE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora