| 04 |

618 65 4
                                    

Una semana había pasado desde tu íntimo encuentro con el general Jing. Entre más tiempo pasaba, más convencida estabas de que había sido un sueño solamente, un muy buen sueño.

Sin embargo, la situación se había vuelto un tanto peculiar. Tus salidas eran rápidas y calculadas, no pasabas mucho tiempo cerca de la guardia o lugares donde hubiera vigilancia, ¿Cómo querías ver de nuevo a Jing Yuan si estabas escondiendote de el?

Miraste la caja de fresas que la señora amablemente sostenía frente a ti, tenías que comprar tus alimentos y salir en la mañana era buena opción, todo lo que encontrabas era fresco y recién cortado.

Amablemente pagaste las fresas y seguiste mirando los locales y puestos de comida frente a ti, ignorando por completo a las personas que se encontraban cerca.

— Sigo sin entender porque salimos a esta hora a patrullar, ¿Tu sabes porque Yanqing?— Fu Xuan miraba molestaba al general, habían cosas más importantes por atender que salir en su hora de trabajo.

— Yanqing se sentía mareado adentro Fu Xuan, así que debemos salir de vez en cuando por un poco de aire fresco — Jing tomo por los hombros a Yanqing sacudiendolo levemente sonriendo.

Yanqing no entendía porque toda la semana pasada habían estado saliendo casi todo el día a patrullar, le parecía ridículo, y más por el hecho de que últimamente todo estaba tranquilo en la ciudad. —A-ah si, me empezaba a marear señorita Fu Xuan— respondió tímido

Con un bufido, Fu Xuan giro su vista hacia los puestos de comida que ya se encontraban vendiendo, — Al menos podrías invitarnos a desayunar, General— molesta, jalo del brazo a Yanqing dirigiéndose a un puesto de comida.

Jing suspiro, no podía creer que llevara una semana buscándola y no podía encontrarla… ¿Que estaba haciendo mal?

Estaba por seguirlos cuando escucho un pequeño alboroto detrás de el — ¡No sé preocupe señorita, fue mi culpa no me fijé!— una niña intentaba juntar las peras que habían salido de una pequeña canasta tirada.

— No, esta bien, al final es mi comida— Reíste nerviosa para hincarte y ayudar a la pobre niña con las peras—

Estabas por terminar de juntar todo, cuando un pie detuvo la pera que se encontraba rodando, rápidamente una mano la tomo y te la entrego, provocando que levantaras la mirada — Hola preciosa— sonrió

No podías creerlo, estaba frente a ti, ¡Frente a ti con su armadura! Sentiste como tus piernas temblaron un poco ante su presencia — Hola general— sonreiste de vuelta — ¿Patrullando?—

Intentabas que no descubriera el nerviosismo en tu voz, la mirada de Jing cambio al escucharte llamarlo así — Si, es como hago que la ciudad sea un lugar mejor — nuevamente te regalo una tierna sonrisa, recordaba lo que te había dicho.

— Y lo hace, bueno no quiero molestarlo más, gracias por detener la pera — estabas por irte cuando Jing te detuvo al jalar levemente tu mano, lo miraste nerviosa.

Su mirada denotaba preocupación —¿Porque me hablas tan formal de repente? — se miró y regreso la vista —Preciosa porfavor, ignora que llevo esto puesto —

—No puedo ignorarlo, es decir, eres un general y me siento mal de estarte faltando al respeto, y más ahora que sé que lo eres— le miraste nerviosa, no sabías si era bueno o malo saber que era general.

—Por esta razón no te dije— acaricio tu mano con sus dedos— no me trates diferente, estuve buscándote toda la semana y ya me estaba cansando de no encontrarte. — se acercó a ti.

Estabas por contestarle cuando alguien comenzó a llamarlo —¡JING YUAN VEN A DESAYUNAR!— Jing se dió la vuelta haciendo un movimiento con sus manos en señal de espera.

| OCCHIALI CON STELLE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora