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(Aclaración)

Se usará el "___" para referir al lector que lea este one-shot y para que no se confunda a quien se refiera.
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Desde pequeño viví en mundo rodeado de familiares y amigos que tuvieron la posibilidad de tener un Pokémon como mascota, compañero o a veces, resultaba ser algo más que solo eso... Habían Pokémons anthro, los cuales realmente en mi niñez muy pocas veces me di cuenta y percate de ello, puesto que no me llamaban la atención. Realmente nunca me pareció la idea de tener que emprender una aventura Pokémon, o siquiera tener uno.

Provenía de una familia humilde de Teselia, mis padres siempre fueron trabajadores y esmerados por sus trabajos. Mi padre trabajaba como contador general para una tienda y mi madre era cuidadora de Pokémons en una guardería. Tenían vocación con lo que hacían y parecían gustar de lo que trabajaban, aunque como cada trabajo en la vida, tiene sus puntos altos y bajos en la vida, aunque era lo de menos.

Vivíamos en ciudad gres, en una casa bien humilde donde tenía lo justo y necesario para poder vivir con todas las comodidades y necesidades. Mi vida ahí fue bastante tranquila y a la vez buena. Pude hacerme de algunos amigos, colegas... pero algo que no puedo resaltar y negar que me gustó sobre haber vivido en ciudad gres, fue conocer una riolu anthro.

-Flashback.-

Recuerdo que era un día por la tarde, tenía en ese momento 12 años e iba de camino hacia un bosque en particular para dar una caminata, pues desde pequeño siempre me gustaba indagar y curiosear por los alrededores de mi casa y a las afueras.

A medida que me iba adentrando en el bosque donde había bastante hierba y algunos árboles por los alrededores que tapaban los pocos rayos solares que llegaban, pude distinguir algo a lo lejos que nunca me había dado cuenta. No me había percatado de un pequeño lago donde se tapaba y ocultaba de los rayos solares por una montaña dando solo con lo nada y poca fuente de luz que llegaba en ese momento, mientras era albergado de arbustos, flores, árboles, maleza y piedras por ahí.

<<¿Cómo nunca me había dado cuenta de este lugar...?>>.-pensé.

Con cuidado, fui caminando hacia una bajada de pasto y tierra que daba con el lago. A decir verdad, mi curiosidad y felicidad invadían mi mente haciendo que ignorará completamente mi alrededor.

Al solo escuchar mis pisadas aplastando el césped, al igual que sentir mi propia respiración, hizo que me empezara a relajar y a sentir sereno. A medida que me iba acercando más al lago, pude ver que había lirios de agua sobre unos nenúfares y unas rosas que estaban cerca del lago que resaltaban cerca de unos arbustos.

Realmente era un lindo lugar para cualquier persona que viera por primera vez este lugar, rodeado de naturaleza pura y aparte de sentir un aire fresco de vegetación agradable. Con serenidad y a paso lento, me fui acercando hacia las rosas que estaban en los arbustos, me incline un poco para acercar mi rostro hacia una rosa y poder oler el aroma agradable que emanaba.

-Ahh~... que bien huele.-dije en un tono tranquilo y relajado.

Con lentitud y tranquilidad me fui levantando hasta quedar totalmente recto nuevamente y procedí a cerrar mis ojos para escuchar solo los ruidos del bosque que resonaban en mis oídos.

<<Supongo... sería increíble vivir acá>>.-pensé.

-¡HEY, CUIDADO!.-decía una voz femenina joven que provenía atrás de mi espalda.

Ante ello, procedo de a poco voltearme hacia donde provenía la voz.

-Mmmhh? Mier-

[...]

One-Shots (No hay pedidos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora