Felix un adolecente "Heterosexual" Estudiante de danza se encuentra con Hwang Hyunjin un chico abiertamente Gay que también estudia danza.
Hyunjin queda totalmente enamorado de Felix desde el primer momento en que lo ve y decide conquistarlo pero...
“Las heridas del pasado duelen pero siempre habrá Alguien para sanarlas”
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Le conté mi historia a Hyunjin y se supone que yo debo cuidarlo y no agobiarlo con mis problemas pero necesitaba sacar todo lo que llevaba guardado en mi pecho durante años, esos traumas del pasado que regresan a mí, cada cierto tiempo.
Aún recuerdo perfectamente a mi madre ensangrentada, muerta en el piso, su sangre esparcida sobre los azulejos de la habitación, la pared blanca salpicada de sangre, ese cuadro con nuestra fotografía familiar teñido con la sangre que salpicó al momento del disparo.
Recordar todas aquellas noches de pesadilla que viví en aquella correccional es realmente doloroso, aún me duele recordar que por mi culpa mi madre se quito la vida, si tan solo me hubiese quedado callado, si tan solo no le hubiera contado a mi madre lo que el señor Kang y sus amigos me hacían cada vez que venían a casa, si tan solo mi padre nunca los hubiera invitado a casa para emborracharse juntos, si tan solo ella no me hubiese creído al igual que mi padre, a lo mejor ahora estuviera viva.
Esos recuerdos vienen a mí, cada vez que el agua fría de la ducha cae en mi piel, el agua fría me recuerda a cada vez que me bañaba después de que el señor Kang, tocaba mi cuerpo, mis partes íntimas, recuerdo la primera vez que abuso sexualmente de mí, me sentía asqueado, así que lavaba mi cuerpo con agua fría y lo frotaba tanto que a veces hasta lo hacía sangrar, desde entonces me he negado a sentir atracción por un hombre pero con Hyunjin fue diferente, todo es diferente con él, se siente como si él fuera el medicamento para sanar todas mis heridas.
—¿En que piensas?— pregunto Hyunjin sacándome de la nube mis pensamientos, sentí sus suaves manos frotar mi espalda y se sintió tan diferente a las ásperas manos del señor Kang.
—Pensaba en que debería ser yo, quien debería estar lavando tú cuerpo y no al revés— respondí, Hyunjin me sonrió y los pensamientos malos se esfumaron.
—Solo déjate consentir, deja que borre con mis manos, las huellas que ese maldito dejo en tu cuerpo, deja que reemplace los malos recuerdos de tu infancia con unos nuevos y bonitos junto a mí— Hyunjin acarició mi cuerpo desnudo en aquella bañera llena de espuma y de jabones aromáticos, tocó mi piel con tanta delicadeza como si estuviera tocando a aquella porcelana más fina, me gire para quedar frente a frente, lleve mis manos hasta su cuello y luego uní nuestros labios, por un momento todos aquellos traumas de mi infancia desaparecieron, las nubes grises que se posaban sobre mi cabeza se esfumaron con el viento y entonces el arcoiris apareció y los rayos de luz volvieron a iluminar mi vida.
—Gracias por elegirme, príncipe de la noche— Le susurre.
—No tienes por qué agradecer, Pequitas, yo te volvería a elegir una y otra vez mi lindo sol— Se quedó confundido, meditando unos segundos —Espera... ¿Acabas de llamarme Príncipe de la noche?—
—Eres tú ¿cierto?— Pregunté para confirmar mis sospechas.
—¿Como lo sabes?—
—Te ví correr esa noche con Minho y tengo tan grabada tu silueta que te reconocí aún con tu rostro cubierto y esos ojos verdes hechizantes—
—Wooow, eso quiere decir que ya te gustaba desde ese tiempo o tal vez me odiabas mucho, porque para reconocer mi silueta se requiere de mucha observación— se burló.
—Mmmm, te voy a contar mi secreto— Le susurré —me gustaste desde el primer día que ví y te odie por hacer que mi corazón se acelerara con solo una mirada.
