No Soy Gay Pero Mi Novio Si (Hyunlix)

Capítulo 22

“El pasado me persigue
a donde quiera que vaya”

Tomé el pantalón de Hyunjin el cual estaba tirado en el piso, camine hasta él y lo ayude a vestirse, tomé una camisa de su closet ya que la anterior  yo la tenía puesta y no pensaba quitármela así que  solo me puse mis pantalones nuevamente, cargue a Hyunjin en mis brazos, lo senté nuevamente en su silla y lo lleve hasta la sala donde estaba su padre esperandolo.

—¡Hola papá!—  Saludo Hyunjin sonriendo

—Yo los dejo solos para que hablen tranquilos— dije dando una media vuelta para regresar a la habitación, sintiendo que el aire me faltaba por los nervios que sentía.

—No te vayas, ésto también te interesa a ti— dijo el señor Hwang, me volví a girar y me senté en la esquina del sillón junto  a Hyunjin.

—Tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cual quieren escuchar primero?—  Pregunto y Hyunjin dijo que la buena.

—Ya sabemos la identidad del hombre que te atropelló— habló con su rostro serio.

—Es bueno saberlo papá pero no sirve de nada, el hombre ya esta muerto y yo estoy en esta maldita silla— Habló Hyunjin con su ceño fruncido.

—¿Y la mala cual es?— Pregunte

—Era tu padre, Felix— dijo y yo sentí que me lanzaron un balde de agua fría en todo el cuerpo.

—Discúlpenme— dije levantándome de donde me encontraba sentado y camine rápidamente hasta la habitación, sentía que el aire me empezaba a faltar, hasta cuando me dejará de perseguir el pasado, no importa cuánto corra, siempre logra alcanzarme.

—Narra Hyunjin—

—Ve tras él,  seguro que te va a necesitar más que  nunca,  vendré  a verte  después— me dijo mi padre y luego se marcho.

Fuí a la habitación y me encontré a Felix guardando su ropa en una pequeña maleta, mi pequitas estaba hecho un mar de lágrimas, pensé que estaría feliz por que su padre ya no lo molestaría más, me equivoque.

—Pequitas, ¿Que haces?— Hablé un poco alterado al ver que quería escapar, él me volteo a ver con sus ojos llenos de lagrimas, lágrimas que caían una tras otra en sus mejillas pecosas, sentí mi corazón doler al verlo así y es que yo soy capaz de dar mi vida solo para que a él sonría.

—Perdón— dijo en un susurro casí inaudible.

—¿Por qué pides perdón? Pensé que te haría feliz saber que tu padre ya no te molestará más— Me acerque un poco más.

—Estoy feliz por eso— respondió

—Entonces  ¿Por  qué  lloras y  guardas tu  ropa  en  esa  maleta? ¿Piensas dejarme?—  Pregunté con el alma en un hilo y el nudo formándose en mi garganta.

—Lloró por que no es justo para ti vivir con el hijo de la persona que te robo tus sueños al dejarte en esa silla, seguramente me odias y no te culpo por hacerlo, yo también me odió— se me partió el corazón escucharlo decir esas palabras.

—Pequitas— Susurré, moví mi silla hasta quedar lo suficientemente cerca para que él se sentará en mi regazo.

—Siéntate aquí— Pedí palmando  mis piernas, él lo dudo unos segundos pero luego se sento, lo rodee con mis brazos y lo abrace cual niño pequeño, bese sus mejillas húmedas.

—No llores, yo jamás te odiaría, tú puedes romperme en mil pedazos las veces que quieras y yo seguiré amándote, así que deja de llorar  porque me parte el corazón verte de esa manera, tal vez ese hombre me quito la posibilidad de  caminar  pero  sabes que...— Felix levantó su rostro y limpié sus lágrimas con mis pulgares y le dí otro   pequeño beso.

—¿Que?— preguntó

—Ese hombre también le dio vida a lo que más amo en este mundo, tal vez no merezca ser llamado padre y espero que se esté quemando en el infierno pero gracias él  es que tú estas aquí, sentado en mis piernas.

Pequitas  no quiero que te sientas culpable por lo que tu padre me hizo, no quiero verte llorar y tratando de huir de mí, las únicas lagrimas que quiero que derrames será en la cama, gimiendo de placer mientras te hago el amor y te doy el mejor de los orgasmos.