Capítulo 15.

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Las gotas de lluvia golpean con fuerza los ventanales en la casa de Felix, afuera una gran tormenta parece estar formándose pero a Haerin parece no importarle

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Las gotas de lluvia golpean con fuerza los ventanales en la casa de Felix, afuera una gran tormenta parece estar formándose pero a Haerin parece no importarle.

Camina a paso apresurado hasta el sofá, subiéndose con cuidado. A su lado, el móvil de su padre se encuentra y con su pequeña mano sujeta el teléfono de casa.
Felix se encontraba en su habitación durmiendo la siesta, y Haerin se había quedado en la sala viendo Tiana y el sapo.

Entonces, una vez sentada moviendo las piernas con algo de nerviosismo, Haerin comienza a teclear el número que se encontraba en la pantalla del móvil de su padre.

—¿Si? -La voz de Chan suena rápidamente en la otra línea, haciendo sonreír a la pequeña-

—Hola, entrenador Chan.

—Haerin, hola -El castaño suena un tanto desconcertado- ¿Cómo tienes mi número?

—Lo he mirado del móvil de papá sin que se diera cuenta.

Chan frunce el ceño al escucharla, un tanto confuso.

—¿Está todo bien?

Haerin suspira y niega, a pesar de que el castaño no puede verla.

—Creo que no.

—¿Qué ocurre? -Chan pregunta preocupado-

—Papá está muy triste.

Aquellas palabras son como un balde de agua fría sobre Chan, quien suspira al escuchar a la pequeña.

—Haerin...

—Tío Minho me ha dicho que los adultos también se asustan, y a veces mi papá tiene miedo. Como cuando yo tenía pesadillas y papá me construyó un fuerte contra los malos sueños.

Chan aprieta los labios, sintiendo una presión en su pecho.

—Y sé que si mi papá se entera de que te he llamado se va a enfadar conmigo, pero no me gusta que esté triste. Y bueno, tú también parecías triste ayer antes de irte y siempre parecéis felices cuando estáis juntos así que he pensado que si tal vez vienes a verlo los dos os pongáis contentos ¿Sabes? Pero no tienes por qué hacerlo, tan solo...

Haerin realmente suena preocupada, triste. Y Chan piensa que ninguna niña de siete años debería estar triste por su culpa, mucho menos ella.

—Amor, estaré allí en quince minutos -Es todo lo que dice con cariño, levantándose de su sofá.-

—¡Gracias Chan!

—¡Gracias Chan!

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¡Entrenador bang! ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora