Epílogo.

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3 años después:

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3 años después:

Los últimos minutos son los más estresantes para Felix quien se encuentra sentado en las pequeñas gradas junto a Minho y Hyunjin. Los nervios le hacen morderse las uñas y no quiere imaginarse ni por un segundo como tiene que estar Chan.

Chan, que se encuentra sentado en el banquillo, parece estar mil veces peor que él. Durante el partido, el castaño no puede parar quieto, se mueve de un lado a otro, grita de vez en cuando instrucciones a los chicos, y suelta pequeños insultos cuando alguien del equipo contrario comete una falta. Pero en los últimos minutos, siempre estaba callado y quieto, como si guardase el aire hasta el último momento.

Y por seguido, no quiere imaginarse a su pequeña hija de diez años, atenta a la pelota que se mueve con rapidez de un lado a otro del campo. En la portería, Haerin parecía demasiado concentrada como para parecer nerviosa.

Felix tenía una especie de amor-odio con esos momentos de los partidos. Odiaba los nervios a flor de piel, la manera en la que cuando el marcador dictaba los últimos minutos se comenzaba a sentir un tanto mareado, la forma en la que a veces, se mordía el labio inferior hasta hacerlo sangrar.

Pero a la vez, amaba todo lo que aquello traía, amaba tener a Minho y Hyunjin siempre a su lado, tomados de las manos casi tan nerviosos como él, amaba la emoción y la adrenalina cuando el tiempo terminaba y el equipo de Haerin resultaba ganador, amaba abrazar a su hija con emoción y besar a Chan con entusiasmo.

Así que cuando el tiempo termina y el marcador se encuentra 5-3, Felix y Minho saltan de sus asientos para gritar, repletos de emoción.

Y entonces, su parte favorita de todos los partidos. Haerin sale disparada hasta donde Chan se encuentra, lanzándose a sus brazos para abrazarlo con fuerza. El resto del equipo la imitan, corriendo hasta su entrenador para celebrar que lo habían logrado, habían ganado.

Y es algo tan simple como eso, pero era la parte favorita de Felix. Su corazón se llenaba de cariño y orgullo, y una sonrisa siempre se dibujaba en su rostro mientras los miraba. Queriendo guardar aquella imagen para siempre.

—¡Hemos ganado! -Haerin exclama con emoción cuando Felix llega hasta ellos, lanzándose a sus brazos para abrazarlo con fuerza-

—Habéis ganado, amor -Felix asiente con la mayor sonrisa en sus labios-

Haerin se separa para mirar a su padre y a sus tíos.

—¿Has visto cómo he parado ese gol casi al final? ¡A sido alucinante! -La pequeña salta de la emoción y Felix solo puede soltar una pequeña risa-

—Si que lo ha sido preciosa, lo has hecho genial.

Haerin sonríe antes de abrazar a Minho.

—¿Qué te ha parecido? -Le pregunta con ojos brillantes de emoción-

¡Entrenador bang! ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora