PRÓLOGO

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Todo empezó cuando una tarde aburrida, se encontraba en el ático de su casa buscando algo con que entretenerse

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Todo empezó cuando una tarde aburrida, se encontraba en el ático de su casa buscando algo con que entretenerse.

Juegos de mesa que jugaba Cristobal Colón, DVD que seguro eran videos del Titanic, cintas más antiguas que la Reina Isabel, entre otras cosas que seguramente cualquier coleccionista quisiera, fue lo que encontró apenas entro.

El ático era un lugar muy grande, si, como en las películas americanas, donde muestran como de un hilo sale una escalera y de ahí se sube. Solo que en vez de tener tesoros ocultos como tienen algunos, ellos ahí, guardaban desde las cosas de navidad, hasta los papeles más viejos del trabajo de su padre.

Nunca había subido ahí, no por mi miedo al coco o la llorona, no porque le tenga miedo a las arañas, claro que no, menos que le tiene miedo a la oscuridad. Ni que tuviera cinco años. Pero, no había subido a ese lugar aunque más de una vez su mamá le dijo y repitió, que subiera y sacara de ahí lo que no sirve para tirarlo.

¡Todo sirve!

Claramente el no lo hizo ni a la primera, ni segundo, ni al sexto llamado. Lo estaba haciendo en este momento, porque estaba aburrido y el internet en su casa se había ido "por varias horas" según la empresa. No tenía nada más que hacer, así que en una de sus ocurrencias decidió ir.

No se esperó ver todos los trofeos de Taekwondo de su hermana y las múltiples medallas académicas de el.

Miró con recelo los premios de su hermana, ya que el, más de una vez quiso ganar uno en artes marciales pero claro, desde que le dijeron "Un débil Omega no le ganara a un Alfa" sus esperanzas de ser bueno en eso, eran prácticamente nulas.

Si, nacer hombre y Omega no era algo que el quisiera, pero así lo mando la diosa Luna, o Dios, o Maradona.

¿Quien sabe?

Buscando entre la gran estantería algo que le llamara la atención encontró un libro relativamente nuevo, lo tomó, haciendo que su curiosidad aumentara.

Fue como si sintiera el viento totalmente artificial que le ponían a los actores de la Rosa De Guadalupe cuando ocurría un milagro.

Manual de cómo ser un buen Omega.
Tomo I

Era un libro de auto ayuda y auto análisis para saber si eras digno de ser llamado un buen omega.

Vaya... quien lo diría.

Cuando estuvo por abrir para leerlo, fue interrumpido por el ruido de la escalera siendo abierta.

— Hijo, ya está la cena. — Pronunció su madre, una linda pelinegra omega. — Ve a lavarte las manos y a sentarte en la mesa.

Agarro el libro, dejándolo de paso encima de su cama para luego salir de la habitación.

Quizás, solo quizás, iba a leerlo para saber que si era un buen omega.

O quien sabe... quizás si descubre que no es lo que los alfas buscan, se puede volver un perro o una planta.

Lo que sea más efectible.

Lo que sea más efectible

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Manual de como ser un buen omega - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora