Capítulo 1

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Lo que sientes transfórmalo.

Hoy de nuevo saldría de fiesta últimamente mi esposo salía cada fin, o si era posible toda una semana no lo veía. Por cuestiones de trabajo claramente. Es un hombre demasiado trabajador y desde hace bastante tiempo trabaja en crear empresas y eso es algo que yo puedo confirmar.

Estar en casa todo el día sin hacer nada durante horas es estresante y es que no puedo salir mucho menos a beber o a ciertos lugares, mi querido esposo Hugo se preocupa bastante por mí siempre ah sido así, siempre está al pendiente de mí, de lo que me haga falta.

— Lea, estate pendiente paso en diez por ti— Elia, mi mejor amiga desde universidad me apoyaba en cada una de mis decisiones así fueran peligrosas, no era la primera vez en que salía a beber a escondidas de mi esposo, aunque si tenía que ser cuidadosa con mis pasos puesto que tenía un guardaespaldas que mi mismo esposo había contratado para mí, siempre le hacía creer que me quedaba dormida, siempre funcionaba. Estar en casa era frustrante había veces en las que no podía ni hablar por teléfono con mi esposo, su trabajo era muy pesado y siempre estaba fuera ya me había acostumbrado.

— Vámonos, vámonos ya— Salí corriendo de la enorme casa de mi esposo a decir verdad no la consideraba como mi casa. Salí por la enorme terraza a puntillas llevaba conmigo los tacones en una de mis manos, cruce toda la terraza luego de la piscina me apresure y salí por la entrada principal sin hacer mucho ruido. Elia arranco de una.

— ¿Qué te ha dicho esta vez? —No amaba mucho la idea de que me dejara mucho tiempo sola, de hecho me había aconsejado que lo dejara pero lo amaba en verdad y la distancia no sería impedimento para nuestro amor, siempre me enviaba todos los días flores, bolsos, coches, ropa y demás, nunca me olvidaba.

—Ya sabes trabajo, regresara en dos días mas

—Para volver a irse todo un mes más—torcí los ojos

—ya te lo eh dicho y siempre quiero la mejor para ti y créeme que eso no es nada sano—Tampoco era tan sano estarme escapando varias noches a tomar o hacer cualquier cosa fuera de casa de mi esposo no tenía ni idea que salía todos los días o prácticamente los días que no se encontraba, salía a beber a bares o antros, pero es que tampoco quería deprimirme en su casa de lujo. Lo amaba demasiado como para traicionarlo, no se tenía que preocupar de nada desde el último año se había vuelto más distante había veces en que no lo veía por meses, como dije es un hombre con ambición y trabajador y el hombre más atractivo de toda la residencia. Amaba su cabello ondulado negro sus ojos azul acero me debilitaban, tenía un buen físico se enfocaba demasiado en él. A su lado me sentía una niña pequeña y protegida y cuando no lo estaba me sentía sola y desprotegida cuando estaba junto a mí lo aprovechaba al máximo de hecho no le encantaba el contacto físico o la demostración de afecto frente a personas y lo entiendo perfectamente porque alguna vez fui así.

Bajamos de su hermoso coche de mi amiga un Mercedes quien lo conducía era ella, se veía tan sexy con esa melena rubia y larga y sus ojos oscuros.

De hecho habíamos coincidido en que cuando nos conocimos mi esposo y yo Elia estaba saliendo con su actual comprometido y ambos eran grandes amigos. También tenía varias empresas a excepción que el sí tenía tiempo para ella y no tenía que irse a otra parte del mundo.

—estas muy callada el día de hoy

—estoy bien entremos—entramos y solo quería tomar porque siempre me sentía muy sola últimamente.

—Vamos, no estés triste, vamos a la pista de baile—me arrastro al centro de la pista llevándome un trago conmigo, comenzamos a bailar al ritmo de las canciones cualquiera que sonaba agarrábamos el ritmo. Nuestros rostros se iluminaban de varios colores el alcohol comenzaba a hacer efecto estaba entrando en mucha confianza eso sucedía cuando tomaba mucho. Un chico comenzó a cantar, lo hacía bien pero no tanto como yo lo hacía.

Giros de  mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora