Capítulo 4: El verdadero potencial de Izuku

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Algunos alumnos de la clase se encontraban listos para tomar el autobús que los llevaría al entrenamiento en la U.S.J — ¡Todos presten atención, subirán en orden, hagan una fila! — indico el delegado, sin embargo el único que le hizo caso fue Izuku ya que los demás seguían en su mundo incluso Momo, que hablaba animadamente con Jiro, Iida al notar la obediencia de Izuku, decidió que daría su primer paso para ser su amigo, saludarlo — Hola, soy Iida Tenya, no tuve tiempo de presentarme antes — acomodándose sus lentes le extendió la mano a Izuku, quien nervioso acepto el saludo — So-soy Izuku — Iida considero eso un logro para él, por lo que procedió a finalizar el saludo con un apretón de manos, pero lo que sucedió a continuación le confundió, al realizar el apretón de manos, con el mismo nivel de fuerza que hace habitualmente, genero un crujido en la mano de Izuku haciendo que las personas cercanas lo escucharan — ¡Ay! — se quejó Izuku retirando su mano para masajearla, a simple vista la mano se veía roja por el reciente agarre — ¡Oh Midoriya! Perdón no era mi intención — Iida confundido hizo una reverencia en señal de disculpa — E-e-e-está bien — levanto la vista para ver que los ojos de Izuku estaban aguados, quería llorar, pero se lo estaba aguantando y no paraba de temblar, aun no se acostumbrado a verlo temblar todo el tiempo — (Demonios, lo arruine ahora de seguro me tiene miedo) — Iida iba a hablar cuando Aizawa llego junto con los alumnos restantes, entre ellos Bakugo y Todoroki — Entren al autobús ahora o de lo contrario se quedan, tienen cinco minutos — Izuku fue empujado por Bakugo para que entrara arrastrándolo a un asiento junto a él — (En otra ocasión será)

El autobús se parecía a uno de primaria, el bullicio era la principal característica de esto, por atrás se encontraba el grupo de Bakugo, hablando entre ellos, intentando incluir a Bakugo y Izuku, sin éxito, mientras que Iida trataba de mantener el orden en aquel transporte, al cabo de unos minutos el autobús comenzó su recorrido — Midoriya-chan — el nombrado giro la cabeza en dirección al llamado, junto a él varios de la clase — Se me conoce por ser alguien directa, así que tengo una pregunta ¿Tu Quirk en que consiste y porque te hace temblar? — pregunto la chica con características de rana, todos tuvieron interés incluido Todoroki y Bakugo, mirando al peliverde buscando encontrar una respuesta, mas no obtuvieron nada ya que se asustó por las miradas y se escondió debajo del asiento como un perrito buscando refugio, todos se quedaron con una cara de sorpresa por lo sucedido, Kirishima y Denki se agacharon para hablar con el peliverde quien se cubrió la cabeza soltando sollozos — Mira como lo pusieron extras — dijo Bakugo desde su asiento, no iba interferir, por experiencia sabía que se le pasaría pronto — Es muy asustadizo ¿No? — expreso la chica invisible, mirando por debajo de los asientos a Midoriya temblando y Denki ofreciéndole dulces, quien sabe porque lo tenía — Déjenlo en paz... — reconocieron la voz de su profesor — Les dije que lo comprendan, le tardara acostumbrarse, como lo hizo con Bakugo ¿Bakugo en cuanto tiempo se acostumbró a tu compañía? — todos dirigieron su vista al cenizo — Tsk como unos tres o cuatro — ¡¿Meses?! — pregunto exaltado Kirishima — No, años

El silencio inundo el transporte — Saben que, solo sean comprensivos con él — dijo su profesor para darse media vuelta — ¿Bromeas verdad? cuestiono la chica rosada — No, eso se tardó en hablarme sin tartamudear, pero supongo que al mes, se acostumbró a mi presencia y tembló menos — Denki se golpeó la cabeza al querer salir debajo del asiento, donde se metió para "hablar" con Midoriya — ¿Cómo? ¿Sigue temblando incluso estando contigo? — el cenizo se paró de su asiento y aparto a Denki — Si, desde que lo conozco temblaba, desconozco el motivo — comenzó a jalar a Izuku fuera de su lugar — ¿Desde cuándo lo conoces? — pregunto el pelirrojo — ¡Que te importa extra! ¡Ya sal maldito Deku! — se veía a Bakugo jalándolo de los pies a Izuku con el afán de que saliera de su escondite.

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