La versión de un nosotros © (LIBRO 1)

04: amistades que valen oro

"Yo diría que el amor no puede prescindir de la amistad.

—Jorge Luis Borges"

🌈

26 de marzo, 2019.

No volví a verlo en las dos semanas siguientes. Después de aquella conversación en el techo de mi casa, hablamos de varias cosas que me dejaron maravillada.

Era increíble lo mucho que todavía me gustaba, y lo bien que me hacía.

Estuve liada con el colegio, así que las dos semanas en las que no nos vimos fueron una gran tortura para mí, pero seguí con mi vida, claro.

—¿Y qué piensas hacer?

Miré a Phineas, mi mejor amigo. Nos habíamos reunido en la plaza cerca a nuestra casa como siempre solíamos hacer. No nos gustaba estar ahí, preferimos ir a caminar, siempre había una discusión diferente o algo que nos hiciese sentir menos.

—¿Con respecto a qué? —subí mis pies al banco en el que estábamos sentados, apoyando el mentón en las rodillas.

—Con Nolan.

—Ah, eso. Realmente no sé —miré el suelo.

—Por lo que me has contado, sois amigos, pero veo algo raro en ello. Los amigos no se dicen esas cosas tan...sinceras y románticas.

—Tú me las dices.

—Es diferente, yo te veo como una hermana. Es más, no te veo como mujer y lo sabes.

Sacudí la cabeza con una sonrisa. El castaño podía ser muy idiota, pero era excelente haciéndome entrar en razón. Por eso, cada vez que dudaba de algo o no tenía la certeza suficiente, iba a Phineas y le contaba, él siempre me daba la solución a todos mis problemas, a pesar de que finalmente hiciera lo que me diera la gana en el momento.

—Quizás él también me vea como una hermana —me encogí de hombros.

—Lo dudo. Él te quiere, pero no de la manera en la que yo lo hago. Su forma de querer se parece a la manera en la que tú lo quieres a él, pero claro, tú estás enamorada, él... todavía no lo está, creo. No lo conozco, así que no puedo darte la respuesta correcta.

Eso me dejó pensando durante unos pocos minutos.

—¿Quieres decir que le gusto?

—Es lo más probable. No quites esa posibilidad. Quizás se esté dando cuenta de lo que siente por ti. Hay personas que tardan en darse cuenta de algunas cosas. Mírate a ti —me señaló—. Mira lo que tardaste en darte cuenta que estás enamorada de él.

—Bueno si, tal vez tengas razón. De todos modos, sienta o no sienta lo mismo por mí, me vengaré.

Phineas se rió.

—Después dices que no le guardas rencor a los demás.

—Y no lo hago. Solo no me olvido de ciertas cosas —le recuerdo—. Él me rompió el corazón cuando me rechazó, Phineas. Entiendo que cada persona siente diferente, y es normal que no le guste en ese momento. Pero no puedo borrar lo mal que me sentí en ese momento, me sentí como lo más insignificante del mundo, como si mis sentimientos no fueran nada. Así que ahora no puede venir y decirme que le gusto, o algo así, porque no permitiré que juegue conmigo.

El castaño se me acerca y pasa su brazo por mis hombros, atrayéndome hacia él. Mi cabeza choca con su pecho, y es reconfortante estar así con alguien a quien quieres mucho. Y yo amo a mi mejor amigo.