One shot| Stranger Things+18

Steve Harrington +18

A Steve le gustaba pensar en mí. La mayoría de las chicas revoloteaban a su alrededor, dándole pequeñas sonrisas y obviamente coqueteando dolorosamente. Pero tú no, desde tu primer día en Hawkins High lo odiabas. Recordabas claramente tu primera interacción. El murmullo de los rumores de una chica nueva en Hawkins se había movido rápidamente. De hecho, Tommy le había dicho a Steve: "Hay una chica nueva. Súper buena. Rica también". Estos fueron el tipo de encuentros que hicieron que Steve se preguntara por qué era su amigo. Había sido el almuerzo, la charla se calmó mientras caminabas por el pasillo entre las mesas. Ese fue el momento en que Steve te vio por primera vez, y odiaba admitirlo, pero Tommy tenía toda la razón. Eras el tipo de belleza de la que no podías apartar la vista. Tus ojos eran de un castaño claro, grandes y abiertos de par en par mirando ansiosamente alrededor de la habitación. Tu pelo era negro y ondulado, a la altura de los hombros. Tu piel pálida tenía algunas pecas a lo largo de las mejillas y la nariz. Llevabas una blusa abotonada verde y rosa, y una falda vaquera. Tenías tu bandeja balanceada en una mano, y un libro metido cuidadosamente bajo tu brazo.

"¡Bonitas piernas, chica nueva!" Tommy había silbado, te habías dado la vuelta para enfrentar a Tommy abruptamente, mirándolo con furia.

"¡Gracias idiota!" habías llamado dándole a Tommy el dedo medio. Los estudiantes en la cafetería se rieron a carcajadas. Tommy le había dado un codazo en la caja torácica para que le dijera algo. Steve no quería. Steve quería decir lo asombroso que fue lo que acabas de hacer. Pero en lugar de eso, había gritado: "Lástima que tus piernas son lo único bueno de ti". Mentira. Había muchas cosas buenas sobre ti. Le frunciste el ceño a Steve con un destello de algo que él no pudo ubicar en tus ojos, antes de tirar tu almuerzo a la basura y salir de la cafetería.

Se sentía mal, tan mal de hecho que se sentía físicamente enfermo. Te encontró en la biblioteca, libro en mano, mordiendo una manzana roja brillante. Tomó una imagen mental.

"Oye..." había comenzado. Habías mirado hacia arriba con sorpresa antes de mirarlo.

"Vete a la mierda." habías dicho volviendo tu atención a tu libro. Pero Steve no se daría por vencido, quería que pensaras muy bien de él.

"Realmente lo siento" intentó. Pero cerraste tu libro de golpe levantándote de tu silla rápidamente.

"Escucha, no me importa lo que digas siempre y cuando mantengas tu falsedad como disculpa para ti mismo. Ahora regresa con tus amiguitos. Continúa".

Habías hablado con tanta ira que Steve sintió que lo habían herido. No sabía qué decir, así que se dio la vuelta y se alejó, derrotado.

Llevabas un par de semanas en Hawkins High y te habías hecho un nombre. Te habías unido al equipo de animadoras, algo que nadie realmente esperaba. Te portaste bien con Tommy, obligándolo de alguna manera a que se disculpara. Pronto fuiste la reina del instituto, bendecida con encanto, apariencia, inteligencia y la habilidad de dar saltos mortales en el aire. Steve pensó que eventualmente lo aceptarías, pero después de comentario tras comentario y el apodo de "Steve, pelazo, Harrington", se dio por vencido. Enfocó toda su atención en odiarte tanto, enterrando cualquier sentimiento que tuviera por ti en el fondo.

Pasaron años de odio. Más comentarios crueles, apodos burlones y peleas de borrachos en las fiestas. Entonces te estabas graduando. No tenías una cita para el baile, pero no parecía importarte. No es como si no tuvieras opciones, todos los chicos que no estaban ya tomados te lo habían preguntado. Y dijiste que no. Steve terminó pidiéndoselo a una animadora. Tú, por supuesto, fuiste coronada reina y Steve coronado rey. Te negaste a bailar con él, argumentando que preferirías morir. Eventualmente fuiste forzada, colocando torpemente tus manos sobre el hombro de Steve mientras él encontraba tu cintura. Durante dos segundos, Steve olvidó que te odiaba y tú olvidaste que lo odiabas a él. Sus manos se sentían bien en tu cintura, y sus labios se veían tan besables. Eso fue hasta que la canción terminó y os separasteis.