Con frecuencia, todos anhelamos tener una vida de ensueño y alto estatus social. Nos imaginamos viajando cada fin de semana, luciendo joyas lujosas y conduciendo el auto de nuestros sueños. Queremos presumir nuestros viajes ostentosos a lugares increíbles, mostrando una vida aparentemente perfecta y llena de felicidad. Erróneamente creemos que alcanzar todas estas cosas nos traerá una felicidad completa.
Sin embargo, ¿cómo podríamos ser verdaderamente felices si no somos capaces de encontrar la felicidad con lo que ya tenemos en el presente? Además, esperamos encontrar la felicidad en nuestras relaciones, buscando a nuestra alma gemela y viviendo una vida de ensueño. Pero a menudo olvidamos que es imposible encontrar la felicidad fuera de nosotros mismos. Nacemos, crecemos y morimos con un gran vacío en el pecho, un vacío que tal vez nunca podrá ser llenado. Como seres humanos, intentamos llenarlo con personas o bienes materiales, pero al final, ¿realmente seríamos felices después de obtener todo eso?
Podríamos lograr ser la persona más rica del planeta, pero ¿nos traería verdadera felicidad? Muchas veces sacrificamos momentos preciosos con nuestra familia, amigos o pareja en pos de perseguir ideales que una sociedad hedonista y superficial nos ha inculcado. A medida que pasa el tiempo, no quiero que me malinterpreten pensando que no tener nada nos hará felices, pero si hacemos de eso nuestra prioridad, perderemos lo más valioso que tenemos: el tiempo. Cuando sacrificamos presenciar el crecimiento y desarrollo de nuestros hijos por el trabajo, o pensamos erróneamente que todavía tendremos todo el tiempo del mundo para vivir esas experiencias, nos estamos privando de momentos invaluables.
Es cierto que muchos se esfuerzan día a día, lo cual está bien. Como decia Platon "Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre". No obstante, a menudo estas personas se olvidan de lo que están viviendo, se olvidan de su presente, de su felicidad. No quiero que me malinterpreten, no estoy incitando al hedonismo. Pero muchas veces creemos que al tener una vida de alto estatus, finalmente seremos felices. Sin embargo, ¿cómo podemos ser felices de esa manera si no somos felices con lo que poseemos en el presente, si no reconocemos el valor de nuestro presente.
¿Estamos dispuestos a sacrificar algo tan importante como nuestro presente por un futuro incierto? Hago hincapié en que no digo que debemos vivir en el exceso del placer o la satisfacción instantánea. Sin embargo, cada ser humano debería aprovechar cada etapa de su vida sin descuidar su futuro. La vida es tan incierta que puede que mañana no despertemos. A través de mis viajes y experiencias, he aprendido que la vida es un balance, "como es arriba es abajo", dandonos cuenta que tenemos que alcanzar nuestro porpio balance y equilibrio.
Encontrar el equilibrio entre disfrutar cada momento de nuestra vida sin descuidar nuestro futuro es fundamental. Es importante reconocer que una vida de ensueño y alto estatus no garantiza la felicidad. Incluso puede llevarnos a sentirnos vacíos y llenos de arrepentimiento si descuidamos el presente y el valor de nuestras relaciones actuales. ¿Realmente queremos sacrificar nuestra felicidad presente por la ilusión de un futuro que no nos asegura nuestra felicidad?.
Encontrar significado y plenitud en la vida requiere apreciar lo que tenemos ahora, valorar nuestras conexiones y vivir en armonía con el presente. "la vida es un momento tan fugaz y efimero, sin embargo puede un hombre hacer que perdure por toda la eternidad".