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La habitación blanca.


Poco a poco empiezo a levantarme de un largo sueño; estoy totalmente aturdido, no se que ha pasado. Mi primera visión fue un piso totalmente blanco puro y que tenía puesto un uniforme blanco manga larga y estaba con mis pies descalzos.

<<¿Dónde estoy y por que me duele tanto la cabeza?>>

Escuche a una persona hablar. Levanté la vista.

<<¿Quiénes son estas personas?>>

Estoy rodeado de un pequeño grupo de desconocidos, estaban lanzados en el suelo blanco, también aturdidos y quejándose de la jaqueca que yo también tenía.

Hago un intento por levantarme del suelo dónde yace mi cuerpo, aún sin comprender nada. Doy un vistazo más a todo mi alrededor, intentando encontrar una respuesta sobre ¿que hago aquí?. todo está totalmente en blanco sin apreciar un fin en el horizonte; no había nada arriba de nosotros, Solo era un sin fin de blanco también.

—¿Dónde estamos?, preguntó un hombre medianamente joven de origen Hindú.

—¿Quienes son ustedes? ¿Que hago aquí?—luego fue una linda y joven rubia.

El joven Hindú sostiene su pecho asustado.—¿Quien soy?

A simple vista se nos notaba muy perdidos; este hombre tenía razón.
<<¿Quien soy yo?>> sentí un escalofrío dando por seguro que ellos también lo sintieron al hacerse la misma pregunta a ellos mismos.

Un choque y un quejido de dolor retumbó el lugar.

—¡Joder, coño!—Dijo molesto un anciano elegante con barba y muchas canas, con un buen físico para su edad.

—¿Se encuentra bien?—Pregunto el Hindú.

—Si, puta sea..., me acabo de chocar con algo aquí, justo enfrente y ni saber qué coño es.

—Pero si allí no hay nada.—Dice la linda Rubia.

Por curiosidad desvíe la vista a mi lado izquierdo y estire mi brazo totalmente; empecé a caminar en esa dirección hasta toparme algo invisible, empecé a pasar mi mano por toda esta orilla y parecía ser una pared.

—Es una pared invisible—Doy vuelta al escuchar una linda voz suave. Es una morena muy hermosa de unos 29 años.

—Oigan, ¿De dónde salieron estas puertas?, ¿Estaban aquí antes?— pregunto otro hombre, delgado y de unos aproximados 40 años; con un elegante peinado echado para atrás y nariz fina. Este estaba señalando 8 puertas (7 de color negro y 1 con un letrero, que dice baño).

—¿Sera una salida?—Pregunte.

—Hay que averiguarlo, vamos.—Dice el anciano barbudo.

empezamos a caminar hacia ellas, averiguando si será la salida del lugar pero, es un intento fallido; Estaban trancadas todas las puertas, menos la del baño. intentaron forcejear chocando con ellas una y otra vez, pero fallaron.

—¿Dónde mierdas estoy?—se levanta con una mano en su cabeza, y al vernos pega un salto hacia atrás.—¿¡Quienes son ustedes!?—Dice una mujer de unos 45 años, que llevaba rato aventada sin despertar. Su cabello negro y canoso esta muy desordenado, una contextura delgada. se le veía histérica y asustada.

La Habitación BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora