La Habitación Blanca

página III

Habitación dorada

"Bienvenidos a la habitación Dorada Hijos mios".

Dice la portada de una carta con letras grandes posada en la mesa, rodeada de platillos tapados.

Envidia avanza para tomar la carta.
—Ábrela, le dije.

Envidia retira el sello rojo y abre el sobre, saca un papel lo empieza a desdoblar y lee.

"Cambiaron las luces y fragmentos, de verdad están a punto de llegar a sus cabezas”.

Es la creación de Dios;
Puede ser para bien o para mal.
La "verdad" es una espada de doble filo que, esta posando en sus cuellos.

No temáis

aprovechemos que la verdad está servida. ¡Provecho civiles!

Att: No dirás mentiras."

<< ¿La verdad está servida?>>.

Un poco confuso todo. pusimos el ojo firmemente en los platillos tapados, teníamos hambre y a la vez desconfianza.

Gula.— ¿Será que habrá comida allí dentro?—Dijo babeando del hambre.

Lujuria—Solo hay una forma de averiguarlo.—Le contesta.

Gula se acercó a la mesa con cuidado y antes de retirar la tapa, nos echó una rápida mirada. Luego la tomó y la levantó con la ilusión de encontrar comida; sus pupilas rezaban y brillaban. Poco a poco la retiro hasta levantarla toda. Pero lo que había allí no me lo había esperado nunca.

La cara de Gula se opacó muy rápido.

—¿Una píldora?, ¿Eso es una píldora?,—dijo Gula confundida.—¿¡EN EL PLATO SOLO HAY UNA MALDITA PILDORA!?

Si, así es, una píldora en el plato y un vaso de agua, es lo único que hay en el plato.

Gula empieza a quitarle las tapas a todos los platillos de la mesa; preguntándose desesperada "¿dónde está la comida?”, mientras encuentra lo mismo repetidas veces una y otra vez. Lanzando maldiciones al aire con una total angustia; la intentaron calmar, pero no podían. Como si fuera fácil calmar a una mujer mayor e histérica como Gula; se notaba que ella no era de las que ha pasado hambre nunca y daba cuidado a su figura y,  a la vez era comprensible que esto no era fácil. Llevamos aproximadamente según mis cálculos unas 26 horas sin comer desde nuestro despertar; y si hay una persona aquí dentro, que nunca allá pasado hambre en su vida como se le nota a Gula, obvio se va a desesperar en un día; en cambio, yo tenía fatiga del hambre al igual que todos aquí, pero puedo resistir un poco más está sensación de dolor en el estómago. <<Pobre Gula.>>

Orgullo sale de la nada pasando por mi lado y se sienta en la mesa junto a un platillo. Todos nos le quedamos mirando.

mientras; Gula se tira en el suelo llorando en silencio que desea comer.

Orgullo—¿Que esperan imbéciles? Dense prisa que tengo hambre; así sea una pastilla y un vaso de agua van a  ser mi comida.

Es verdad. Empezamos a caminar a la mesa; Codicia junto a Envidia ayudan a levantar a Gula del suelo; colocándola sentada en la mesa para luego tomar asiento.