O4 : no sé que duele más

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layla se estaba escondiendo, este día había despertado con dolor en su estómago, y si era sincera, esos cólicos no le estaban generando buen humor y no quería dañar a nadie, ella prefería hacerse daño así misma antes de que alguien saliera lastimado por su culpa.

magenta le había dado una pastilla para disminuirlo, y le había recomendado ir a la enfermería para descansar un poco, pero layla era muy aferrada a sus ideas, y cuando ella tenía algo en mente, algo que no tenía que ver con estar con la enfermera conversando sobre sus citas fallidas, tenía que cumplirlo.

por eso estaba en aquel salón vacío mirando con sufrimiento la hora en su celular.

si por ella fuera, no estaría ahí desde un inicio. pero tampoco era muy fan de faltar a clases por cosas que no podía evitar.

solo suspiró y se dejó caer en el asiento, sus ojos estaban cerrados mientras que buscaba darle calor a su estómago hinchado que le estaba causando inseguridad. quiso ponerse una sudadera gigante y ese pantalón holgado para estar cómoda. pero su madre la había regañado y la hizo vestirse de lo más apretado.

una blusa corta y un pantalón ajustado, el cual sentía que le estaba apretando alrededor de las caderas.

quería llorar; se sentía fea, adolorida y cansada.

quería que warren la abrazara.

no entendía por qué quería a warren, es decir, cuando ella creía que gustaba de will jamás lo quiso en momentos como esos, porque sabía, que él solamente empeoraría todo con sus preguntas y respuestas babosas.

y warren... no lo sabía, no sabía por qué veía seguridad y calidez en él.

y le gustaba, le gustaba tanto esa emoción. tanto que también la estaba asfixiando.

ella amaba el sentimiento que parecía expandirse entre ellos cuando él la abrazaba, aún cuando de sus labios salían pequeñas quejas sobre él acercamiento físico, sobre los límites y eso. y aún así, se dejaba hacer.

gimió de sorpresa al sentir un calor repentino en su abdomen. abrió sus ojos con asombro y lo notó, notó esa pequeña compresa con figuras animadas. después levantó la vista, viendo los ojos cansados de warren.

— ¿magenta te la dio? 

— la encontré de camino aquí y le dije que yo podía hacerlo. ella parecía desesperada.

— tiene un examen importante... — quiso explicar, pero si era sincera, no tenía ganas de hablar.

él se encogió de hombros y dejó caer su mochila a un lado. layla le sonrió con agradecimiento. trató de quitar su mano para ella sostener la compresa, pero él negó. — no me molesta sostenerla por ti.

ella volvió a sonreírle y cerró sus ojos de nuevo. el dolor se sentía más apaciguado, no sabía cómo explicarlo, solo quería dejarlo en que estaba bien, era soportable.

— ¿por qué no me dijiste que no te sentías bien desde un inicio?

— no suelo estar de buen humor cuando estoy en mis días.

— somos amigos, layla, yo podría– — ella lo miró, frunciendo el ceño con enojo, haciendo que él se detuviera.

— ¿en realidad somos amigos? porque se siente extraño cuando esas palabras salen de tus labios... — ella retiró la mano de warren de la compresa con cuidado. — trato de entender lo que somos, pero no llego a ningún lado, porque cuando acabe esto tendré que cumplir en lo que quedamos.

¿y qué recibió? una sonrisa engreída y que él se fuera.

y ella solo miró la compresa, fingiendo que estaba bien con todo. que no tenía ganas de llorar por no saberse callar.

𝗳𝗶𝗻gir ── warren x laylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora