𝗳𝗶𝗻gir ── warren x layla

1O : el aroma a cereza lo vuelve tonto

— así que son novios.

— sip.

— y justamente él se te confesó días después de nuestra conversación.

— dos días más bien.

— y no me dijiste.

— no le dije a nadie, son cosas que simplemente son notorias.

— si pero, mi punto, layla, es; ¿por qué no me dijiste? soy tu mejor amigo, o al menos creía serlo. pero ahora no más veo que nuestra relación no es lo que yo creía que era.

— will, eres mi mejor amigo. y bueno... — layla miró sus manos entrelazadas y frunció sus labios. — a decir verdad, cuando warren y yo comenzamos todo eso de fingir en lugar de obtener el acercamiento que esperaba que sucediera contigo, fue todo lo contrario. nos alejamos porque solías tener más citas con gwen. y yo comenzaba a salir más con warren con la excusa de planear nuestro siguiente movimiento.

— no es reproche, layla. es solo que me siento olvidado.

— no era mi intención que te sintieras de esa forma, will. — tomó su mano dejando pequeñas caricias en ella. — es solo que ambos tenemos obligaciones fuera de esto. y si te soy sincera, por un segundo me olvidé de nosotros porque estaba más al pendiente de descifrar mis sentimientos. no sabía que es lo que quería, no sabía si seguía sintiendo cosas por ti o si alguna vez las sentí. — apretó los labios con molestia hacia sí. — solo quería tiempo, y de la misma forma también quería que te dieras cuenta de lo que estaba sintiendo para que yo no tuviera que arruinar lo nuestro.

— no soy adivino, layla. yo no sé qué sentías o qué pensabas cuando me veías...

— lo sé, solo– mira, will, no podemos cambiar lo que sucedió. lo que podemos hacer ahora es mejorar nuestra comunicación como amigos para no volver a pasar por todo eso. — acercó su meñique a la cara ajena, moviéndolo para que él entrelazara su dedo con el de ella. — te prometo contarte todo de ahora en adelante, volver a ser como antes.

will le sonrió y aceptó.

sabía que era injusto el dejarle la responsabilidad solamente a ella, pues él también se había alejado cuando gwen llegó a su vida.

pero era tan orgulloso y ella tan ingenua, que le era más sencillo cargarle los problemas a ella.

— ahora puedes irte. layla y yo estábamos en algo.

el de cabello largo apretó a layla contra su pecho mientras esperaba que will se alejara de ellos.

ambos estaban almorzando de lo más tranquilo en el patio cuando él llegó, los vio con sorpresa y comenzó a darle preguntas que sonaban como afirmaciones a la pelirroja.

warren trató de mantenerse serio al respecto porque sabía que ella iba a poder sola. pero eso no quería decir que no podía ver como ella terminaba haciéndose responsable de todo lo que había pasado.

si bien, si fue layla quien se 'alejó', entrecomillas porque a sus ojos ella siempre estuvo ahí no más que no estaba al pendiente de lo que hiciera o deshiciera will. quizás es por eso que notaba dolor en las palabras del castaño. el cómo ella ya no estaba día y noche suyo.

aún recuerda los primeros días cuando se comprometieron a esto. ella siempre estaba buscando la forma de que will los viera, tratando de llamar su atención para después fallar porque su amigo solo tenía ojos para gwen.

y si bien, warren no estaba muy de acuerdo con la actitud de la pelirroja, pudo ver después ese cambio. actuaban cuando will estaba cerca, y cuando este se iba dejaban de hacerlo, pero después sin saberlo, no se habían percatado de que no habían dejado de fingir hasta que magenta les miraba extraño.

y si le preguntas a warren cómo se siente al respecto, te dirá que will no merece ni un poco de su layla. aunque a veces duda sobre sí él también la merece.

— ¿en qué piensas tanto?

la voz de la pelirroja lo sacó de sus pensamientos. la miró, ella estaba retocando su bálsamo con sabor a cereza.

sonrió al recordar el cómo terminaba manchado y oliendo a ese aroma que a veces se volvía irritante. más era diferente cuando se trataba de saborear ese tono rosado casi rojizo sobre los labios ajenos.

pasó su dedo sobre la comisura de los labios ajenos, borrando todo aquel rastro de manchas que pudieran arruinar su linda cara.

no tenía el valor de decirlo, no en voz alta.

— me siento afortunado de que me quieras.

y ver esa sonrisa acompañada de ojos brillantes le era todo.

el tenerla ahí sonrojada y besando su mejilla como agradecimiento le hacía suspirar.

y aunque no fuera para siempre. él sentía que ya había ganado en la vida aunque no tuviera nada.